Elena Poniatowska es Premio Cervantes 2014. Esto la acredita como una de las escritoras más importantes de la lengua española. Hay novelas suyas que a un servidor lo conmovieron hondamente, como Tinísima, la reconstrucción literaria de la vida de Tina Modotti. Su obra periodística hizo contribuciones significativas al debate público, como en el caso del libro La noche de Tlatelolco.
Una nota de Arturo Rodríguez en Proceso informa la presencia de la escritora en la conferencia mañanera del Presidente ayer. Interrogada sobre la expresión “prensa fifí”, Poniatowska contestó “lo que veo es gente chambeadora y madrugadora.” En referencia a la visita de Poniatowska, el Presidente López Obrador manifestó “miren quién nos visita: la mejor escritora del país. Esta mujer es puro corazón, además de su inteligencia está llena de buenos sentimientos, es la que más defiende al pueblo, al pueblo raso, a los más pobres. Por eso nuestro homenaje, nuestro reconocimiento.”
Es llamativo que el Presidente no hablara de las virtudes estéticas de la obra de Poniatowska. En su opinión, parece que no es una gran escritora por las cualidades de su prosa, sino por dedicarse a la defensa de los pobres. Hay en ello una acentuada interpretación ideológica de la literatura y del arte. Dice mucho de cómo se concibe la cultura desde el Gobierno. Serán buenos artistas quienes suscriban las causas oficialistas.
Por otra parte, es penoso recordar que hace mucho no se veía un Presidente de México conviviendo con un escritor o escritora. Hace unos años, el escritor René Avilés Fabila refería en una entrevista cómo el presidente Vicente Fox le mandó una carta de felicitación por su cumpleaños… en la fecha equivocada y atribuyéndole la autoría de libros que él no había escrito.
En honor a la verdad, antes de López Obrador el último presidente de México interesado genuinamente en el mundo de la cultura y en convivir con intelectuales fue Carlos Salinas. Es fácil recordar su estrecha relación con Octavio Paz o con el grupo de colaboradores de la revista Nexos. Mucha gente ha visto la fotografía donde aparecen el expresidente Salinas, Carlos Monsiváis, Gabriel García Márquez, Miguel Ángel Granados Chapa, Héctor Águilar Camín, la mismísima Poniatowska, entre otros. Un gobernante inteligente procura cultivar cercanía con los representantes de la cultura y el pensamiento. Así lo hicieron Charles de Gaulle con André
Malraux y Felipe González con Jorge Semprún. El mundo de las ideas puede nutrir y enriquecer la tarea política. No obstante, si de lo que se trata es de fijar los parámetros de lo artísticamente aceptable o correcto, estemos prevenidos. Empieza por dictarse el gusto artístico. Después se dictan otras cuestiones mucho más peligrosas.
•Internacionalista y analista político:
@avila_raudel