“En el amor, aquella persona que dice no tener expectativas miente”

La autora veracruzana, de 39 años, Roxana Ramos publicó a través de Amazon su segundo libro Fin del cuento, continuación de Ven te cuento un cuento, el cual ocupó el primer lugar de ventas en la plataforma digital.

A cuatro semanas de su lanzamiento Fin del cuento, historia autobiográfica, cierra un ciclo de escritura personal. Con el texto pretende mostrar los procesos de catarsis y resiliencia que experimentan los seres humanos cuando se trata de relaciones interpersonales, sobretodo de las amorosas.

“Fin del cuento es un libro de catarsis, plasma la ansiedad que sientes cuando dejas a alguien y te cuestionas si hiciste lo correcto. Antes tenías que dar la cara, ahora las redes sociales hacen las cosas más impersonales. Así que el libro retrata los dos escenarios posteriores: seguir y no negarte a la posibilidad de ser feliz”, aseguró la narradora a ContraRéplica.

Roxana Ramos publicó el libro con la finalidad de cerrar un ciclo personal y narrativo que inicio con la publicación de Ven te cuento un cuento y culminó con el encuentro de su alma gemela “Ven te cuento un cuento es una ironía, es como decirle ‘ven te voy a cuentear’ y el segundo, es decir ‘ya, todo terminó”, agregó.

Para Roxana el cambio generacional así como la tecnología son los responsables de que el concepto del amor se haya transformado, hasta llegar a un estado en el que ya no es posible comprometerse a profundidad con las personas, una especie de deshumanización.

“Experimentamos una época muy difícil para el amor, en el sentido de la comunicación. Los recursos se volvieron fríos y poco palpables, tanto, que nos sacaron el compromiso del corazón. Creo que antes había una mayor responsabilidad emocional tanto para nosotros como para otras personas. Ahora todo es tan sencillo que incluso hay vocablos que definen cuando una persona desaparece sin decirte nada: el famoso gosthing, que a mi me parece una crueldad”, explicó.

La autora asegura que el amor depende de variables que son perceptibles desde los primeros encuentros tales como el interés por lo que hace y quién es la otra persona, así como el trato y que contrario a lo que la mayoría de las personas hacen las conductas como el egoismo o la violencia no deberían estar normalizadas.