POR LUCIANO FRANCO
Los tres candidatos al gobierno de Puebla: Miguel Barbosa, de Morena; Enrique Cárdenas, del PAN y Alberto Jiménez, del PRI, sostuvieron anoche el primer debate rumbo a la elección extraordinaria que tendrá lugar el próximo 2 de julio.
A las 20:00 horas inició lo que con el paso de los minutos se convirtió en un duro choque, particularmente entre los abanderados de Morena y del PAN, quienes dijeron ser los mejores preparados para ocupar el cargo que habrá de disputarse nuevamente tras la trágica muerte en un accidente aéreo de la gobernadora Martha Erika Alonso y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle, el 24 de diciembre pasado.
Los ejes temáticos del debate fueron el empleo y actividad económica, la atención a las comunidades indígenas, y la seguridad, con un diseño que permitió el intercambio de ideas y que en distintos momentos se convirtió, también, en un cruce de acusaciones.
Los tres candidatos coincidieron en que para que Puebla salga adelante, es fundamental acabar con la corrupción, invertir más en infraestructura, devolver la seguridad y garantizar el crecimiento económico, donde el campo es fundamental. Barbosa afirmó que la falta de despegue de Puebla, es decir, “el retraso en el estado se debe a la corrupción de los gobiernos anteriores, especialmente del PAN, que estancó a la entidad”, y dijo que su adversario panista, Enrique Cárdenas, “es una fichita y un candidato fifí, que llega derrotado al debate”.
En su defensa, Cárdenas aseguró que el morenista emprendió una “campaña negra” en su contra e insistió en repetidas ocasiones que “no es de fiar”. Frente a este duro choque, el candidato del PRI, Alberto Jiménez Merino, afirmó que “yo nunca he robado un peso a nadie”, y condenó el enfrentamiento de sus contendientes, por lo que ofreció “la reconciliación para Puebla, porque es vital para el desarrollo”.
Barbosa, quien tiene como aliados al PT y PES, ofreció una inversión sin precedente y una política de incentivos a las empresas para crear más empleo y mejor pagado, además de acabar con la corrupción, “que se anidó en Puebla en los últimos gobiernos, sobre todo panistas”.
En tanto, el candidato albiceleste garantizó que su fortuna es legal y ofreció renunciar a su candidatura si se comprueba lo contrario.