POR martha Rojas
Pasadas las 20:00 horas, el director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel apareció en el escenario principal del Palacio de Bellas Artes para conducir el último de los dos conciertos que realizó en el recinto.
La primera parte del espectáculo clásico, que convocó un lleno completo, estuvo dedicado a los territorios sin fronteras, a la imagen de un futuro en el que las diferencias son admitidas como puntos que impulsan el desarrollo de las personas y no como barreras que nos separan y clasifican por etnia, color, país o idioma.
Téenek – Invenciones de territorio, una pieza original de la mexicana Gabriela Ortiz que funciona como una metáfora sonora acerca del futuro.
Téenel es el idioma predominante de algunas zonas de Veracruz, Tamaulipas y San Luis Potosí, integradas en la Huasteca, literalmente significa “hombre local” en referencia a todos los hombres y mujeres que pertenecen a un lugar que determina sus destinos, su tiempo y sus espacios.
En la pieza musical, la mexicana plantea que cada sujeto en el mundo construye una idea de Ser de acuerdo a la región en la que vive pero que siempre, de alguna manera está sujeto a trascenderlas. Es por ello que no descarta la existencia de un futuro en el que las barreras sociales, ideológicas o étnicas no sean una barrera sino un modo de integrar las diferencias en el desarrollo de cada uno.
Acompañado de la pianista Yuja Wang miembro de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles (LA Phil)