Para la industria de la energía no renovable, una de las más influyentes tanto política como económicamente a nivel mundial, donde la carrera por el dominio del mercado petrolero en su extracción, refinación y comercialización sigue como prioridad en la agenda de las mayores potencias mundiales, existe una resistencia al cambio hacia la creación de energía limpia para abatir los efectos en el cambio climático y garantizar que las nuevas generaciones vivan en un planeta sustentable.
Hemos visto como el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha negado la veracidad de los estudios científicos sobre los efectos que la emisión de carbono tiene en el cambio climático; sin embargo, lo que comento es distinto, es la aceptación de los efectos negativos de la energía no renovable y al mismo tiempo la negación a migrar a nuevas formas de producir energía sustentable.
El New York Times publicó hace unos días, un artículo donde indica que dos empresas petroleras estadunidenses Chevron y Occidental Petroleum, así como la empresa australiana minera BHP, han estado invirtiendo en una firma canadiense, llamada Carbon Engineering, la cual afirma estar casi lista en la solución de un problema crítico del cambio climático: eliminar el carbono que ya se encuentra en la atmósfera.
La historia de Carbon Engineering es reciente, se fundó en 2009 con la misión de misión de desarrollar y comercializar tecnología que capture cantidades de dióxido de carbono a escala industrial directamente desde el aire, el cual, una vez capturado puede almacenarse bajo tierra o transformarse en combustibles limpios.
Debido a que la eliminación de las emisiones de carbono en el momento que se producen es muy costosa para las empresas, la apuesta de la empresa canadiense es poder llegar a desarrollar una tecnología de uso comercial tal que pueda eliminar las emisiones de carbono una vez que lleguen al aire. En su proyecto piloto en Squamish, una ciudad al norte de Vancouver, la compañía está utilizando un enorme ventilador para aspirar grandes cantidades de aire en un recipiente diseñado para extraer dióxido de carbono.
El primer paso ya se logró, el reconocimiento de una realidad innegable sobre la relación directa entre la emisión de carbono el daño al planeta reflejado en el cambio climático. El punto preocupante es la similitud que existe entre seguir con un vicio y tomar una medicina para contrarrestar el efecto.
Por otro lado, ya se está viendo un cambio en otras empresas petroleras fuera de Estados Unidos, como Royal Dutch Shell y British Petroleum quienes están vinculando la compensación a las reducciones de emisiones y Equinor, la compañía petrolera noruega, planea aumentar el gasto en energía limpia de 15 a 20 por ciento de su inversión de capital para 2030, en comparación con el 5 por ciento actual.
Esto es una muestra más de la evidente arrogancia y obstinación de ciertos grupos empresariales y políticos de Estados Unidos que le está costando la pérdida de su liderazgo a nivel mundial.
•Director de análisis financiero fj.cadenanamorfin@gmail.com