Columnas
Nayib Bukele, un publicista de 37 años, exalcalde de la capital de el Salvador, es, desde el domingo pasado, el nuevo presidente de ese país. En la primera vuelta electoral, el ahora mandatario, logró más del 53 por ciento de la votación. Lo hizo mudando, súbitamente y sin solución de continuidad, de un partido de izquierda a uno de derecha. Lo logró, básicamente, con el apoyo de las redes sociales.
Las elecciones en la nación vecina arrojan enseñanzas: La primera de ellas es que, en grandes y pequeños países, (El Salvador cuenta con menos de siete millones de habitantes) los partidos políticos han dejado de ser el referente ideológico, el salvoconducto para acceder al poder. Lo dicen Steven Levitsky y Daniel Ziblatt en ese libro, de obligada lectura para ubicarnos en las coordenadas del mundo actual, que es Cómo mueren las democracias: “El mundo había cambiado. Los sistemas de cribado de los partidos no eran más que caparazones de lo que habían sido en otros tiempos. El factor principal que mermaba el poder de los sistemas tradicionales era la explosión de medios de comunicación alternativos, en especial agencias de noticias y redes sociales.”
Otra enseñanza más es que el ahora presidente empezó por su municipio. Logró reducir, en menos de tres años, en más de un cincuenta por ciento la incidencia delictiva en el área metropolitana de San Salvador, haciendo uso de lo que se conoce como acupuntura urbana: El uso de la policía de proximidad que coloca en el centro la relación con el ciudadano, la recuperación de espacios, la prevención social y situacional del delito, a través de la atención a las faltas administrativas, a los agravios cívicos. No, por cierto, mediante el recorrido de camionetas artilladas del ejército y de la marina, sino a través de la prevención o sanción efectiva y proporcionada de las infracciones a los reglamentos de justicia y buen gobierno.
Lo dice bien el diario El País en su edición del martes 5 de febrero: “En su gestión como alcalde, de 2015 a 2018, Nayib Bukele se dio a conocer como un eficaz gestor, capaz de recuperar el tortuoso centro de la capital. Donde antes había un casco antiguo, oscuro, caótico y dominado por los maras hoy hay un lugar paseable donde han comenzado a abrir nuevas cafeterías”.
¿Qué se hizo en la alcaldía de San Salvador que permitió a Bukele construir una plataforma suficiente para ubicarse más allá de los partidos tradicionales? Puso en marcha acciones que se conocen como “planeación estratégica urbana” Consiste en solucionar los problemas de inseguridad, en vinculación con los ciudadanos, dando respuesta a preguntas elementales: ¿Qué puede ocurrir? ¿Qué puedo hacer? ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo voy a hacerlo?
Planeación, estrategia y prospectiva. En la alcaldía de San Salvador se replicaron experiencias, historias de éxito en materia de disminución del delito: New York, Bogotá, Palermo, Medellín. Preguntémonos pues, en México: ¿Qué puede ocurrir..?