Desde el inicio de esta administración, en la policía capitalina comenzaron a hacerse públicas problemáticas que no son nuevas, pero que tuvieron que hacerse evidentes con el nuevo matiz de la transparencia y erradicar la corrupción.
Una de las denuncias públicas que hizo el titular de la SSC, Jesús Orta Martínez fue que mandos policiales trabajaban al servicio de grupos criminales.
Vino una primera rotación y cese de directores y jefes de sector, que al interior fue visto como una limpia, eso provocó que a los pocos días hubiera resultados y fueran cerradas chelerías y bares del corredor turístico en los que se vendía droga y eran rentados por grupos criminales.
Una de las últimas medidas llevadas acabo en la SSC, son exámenes toxicológicos, la semana pasada fueron practicados a policías de los sectores del Centro Histórico, debido a que varios fueron sorprendidos alcoholizados.
Orta justificó la medida señalando que se trataba de un ejercicio “muestra”, como parte de una supervisión que se hará de forma programada en la corporación.
“Es un ejercicio que se va a empezar a hacer de forma sistemática, la prueba que se hizo fue un proyecto piloto controlado y como llevar a cabo este tipo de operativos de la mejor manera posible es parte de los trabajos de supervisión que se están haciendo, sobre todo en los turnos de la noche de velada”, señaló el jefe de la policía capitalina después de la reunión de gabinete.
Indicó que hasta el momento no puede revelar los resultados debido a qué hay pruebas positivas que se están integrando dentro de un proceso disciplinario.
“No puedo revelar ahorita cuáles son los resultados porque ahí hubo resultados positivos que están en un proceso disciplinario y una vez que se den los resultados de investigaciones vamos a revelar los resultados del operativo”, argumentó el funcionario.
Lo que nos dicen las malas lenguas es que estos exámenes toxicológicos serán aplicados de forma periódica e itinerante, ya que también es sabido que el problema de consumo de alcohol y drogas en la corporación es elevado.
Nos señalan que los agentes se vuelven adictos debido a problemas personales, pero también laborales, el día a día también detona emociones en los elementos que no cuentan con un programa psicológico estandarizado para la atención de crisis o estrés post traumático después de enfrentar eventos como operativos, fuego cruzado, venganzas, perdidas de compañeros.
“Aquí no tenemos, como en otras policías del mundo, psicólogos que te ayuden en las crisis emocionales después de estos eventos, ni tampoco te rotan para que el estrés baje después de que estuviste sometido a situaciones de riesgo. Por eso, uno se vuelve alcohólico o drogadicto”, ha platicado un mando de la zona centro de la capital.