Ciudades
Al salir del metro, Ana abordó un taxi, no llegó a casa, fue secuestrada, violada y asaltada, se salvó de ser asesinada y pasar a formar parte de la cifra de feminicidios en el país.
A pesar de haber denunciado la agresión, el proceso se encuentra detenido, asegura Sianya Gutiérrez, una de las participantes en un mitin realizado en Iztapalapa en apoyo a Ana (nombre que se le dio para proteger a la víctima), como todas aquellas que han sufrido violencia de género.
Madres de víctimas de feminicidio, estudiantes, profesionistas, amas de casa e integrantes de organizaciones sociales gritaban consignas de apoyo: “Ni una más ni una más ni una asesinada más”.
Congregadas en las afueras de la alcaldía, las mujeres presentaron la demanda ante las autoridades de Iztapalapa y lograron que la alcaldesa, Clara Brugada, se comprometiera a revisar el caso de manera particular y capacitar a elementos policiacos en materia con perspectiva de género.
También procurar una mejor vigilancia de la cámara del C5 y el mantener las grabaciones por un tiempo mínimo de un mes.