Fertilidad

El índice de fertilidad ha retrocedido significativamente en el mundo. Las mujeres, en promedio, pasaron de tener 4.7 hijos en 1950 a 2.4 en 2017.

El descenso en la fertilidad no ha frenado en absoluto el aumento de la población mundial, que en el mismo periodo creció de 2,600 millones a 7,600 millones. El crecimiento de la población se ha concentrado en África subsahariana y en el sur de Asia, estas regiones mantienen altos índices de fertilidad, en contraste, la mayoría de los países en Europa y América no pueden mantener sus poblaciones actuales.

La principal causa de la caída en la fertilidad es el retraso en la edad en la que las mujeres tienen su primer hijo, la postergación de la maternidad dificulta las posibilidades de concebir, aunque la mujer esté perfectamente sana el índice de fertilidad declina naturalmente y lograr un embarazo puede llevar más tiempo del esperado. En la última década se incrementó la edad en la que las mujeres comienzan a buscar un embarazo, en los años setenta las mujeres en los países occidentales tenían su primer hijo, en promedio, a los 25 años; hoy supera los 30. Bajos índices de fertilidad revelan no solo que muchas mujeres están eligiendo posponer o renunciar a ser madres, y tener a la vez más oportunidades en materia de educación y empleo, sino también las posibilidades de tener acceso a servicios de salud reproductivos.

Los avances en las diversas técnicas de reproducción asistida podrían permitirnos pensar que esta nueva realidad no debe de suponer un problema, la inseminación artificial, la fertilización in vitro y la congelación de óvulos son tratamientos estandarizados, regulados y con cobertura dentro de la sanidad pública. Estas nuevas técnicas le dan mayor capacidad de elección a las mujeres. Se han convertido en métodos tan eficaces que, con el objetivo de atraer talento femenino, son ofrecidas por muchas multinacionales como Google, Apple o Microsoft.

Tener una nación “fértil” es de gran importancia porque impide un riesgo demográfico al mantener estable la tasa de fecundidad. Cuando la tasa de fecundidad de un país desciende por debajo del 2.1, las poblaciones estarán por debajo del nivel de reemplazo y eventualmente comenzarán a reducirse, generando profundas consecuencias sociales y económicas de una sociedad con más abuelos que nietos. Por lo que se deberá considerar el aumento de la inmigración o introducir políticas para alentar a las mujeres a tener hijos.

• Es internacionalista, politólogo, abogado y

profesor de derecho en la UNAM. @heladioramirez