Fuego amigo

Han pasado un poco más de dos meses y las áreas de Procuración de Justicia y Seguridad Ciudadana la están viendo difícil para controlar la ola creciente de violencia en la ciudad.

Este fin de semana una ejecución múltiple, donde la mayoría de las siete víctimas tenían antecedentes a decir de la propia procuradora Ernestina Godoy, pero días antes uno de los sujetos que causó esta vendetta fue detenido por un homicidio, Edgar Aníbal Hernández González, El Mecatrón.

En este múltiple asesinato, las autoridades policiales saben quiénes fueron los participantes, pero no han podido capturarlos.

Hace unos días en Gustavo A. Madero la aparición de un grupo del crimen organizado, lanzando amenazas y es momento que se sigue investigando.

Y enero, conforme a las propias estadísticas que el nuevo gobierno capitalino abrió de manera pública en su portal de datos abiertos reflejó un amargo inicio de año: en enero el número de carpetas de investigación abiertas por homicidio doloso alcanzó los 143 casos, más que cualquier otro enero del que se tenga información. Fue un incremento de casi 80 por ciento respecto al mismo mes del año pasado.

Además, las denuncias por violación se multiplicaron por cinco y la incidencia de casos denunciados de robo a pasajeros en el interior del Metro creció 365 por ciento.

La semana pasada también fue hecho público un acto de violencia en la Hostería la Bota, dentro del llamado Corredor Cultural del Centro Histórico, con lo que detonó que esta problemática de inseguridad se tiene desde hace al menos dos años, así como los permisos repartidos para abrir de manera indiscriminada decenas de chelerías.

Ante este panorama, la presión comienza a caer sobre el gabinete de seguridad de la Ciudad de México. Nos enteramos que en reunión del sábado pasado, la Jefa de Gobierno capitalina Claudia Sheinbaum, estaba molesta, pidió resultados y acciones contundentes tanto a Jesús Orta como a Ernestina Godoy.

También el fin de semana, se supo que el vocero de la PGJ capitalina, Hugo Renán presentó su renuncia; faltó desde un principio, ese pequeño detalle de comunicación y empatía con la fuente policial y otros dicen que cercanía con Godoy.

En el caso de la SSC se ha dicho que el fuego amigo está más que presente y precisamente viene de quienes no están trabajando como deberían o están sujetos a actos de corrupción y esto afecta el plan de Orta.

Incluso la tarde del sábado, surgió la fake news de que Orta había renunciado el cargo, eso salida desde los chats internos de la SSC.

Alguna vez se le cuestionó a Raymundo Collins, exjefe de la policía, por qué no había hecho una depuración de todos los mandos y justificó que una limpia de ese tipo podría durar entre seis meses y un año, tiempo más que valioso para velar por la seguridad de los ciudadanos.