La presentación del grupo Futuro 21 el domingo pasado huele a prisa y sabemos que ésta es una mala consejera en política. La idea de constituir una organización como ésa resulta refrescante y casi diría necesaria en el panorama de un sistema de partidos con oposición prácticamente nula.
Ahora bien, suena un poco extraño lo declarado por Gabriel Quadri: “la figura de partido se está estudiando, no hay todavía una decisión al respecto y también en lo que respecta a los documentos básicos como plataforma, programa de acción, ese tipo de cosas. Se va estar trabajando durante los siguientes meses con un grupo de expertos para conformar un partido moderno, ciudadano, flexible, centralizado”.
Si todavía se está estudiando, si no hay decisión ni documentos básicos o plataforma, ¿para qué se adelantaron a presentarlo? Hubiera sido más conveniente echar a andar un mecanismo de invitaciones para quienes deseen participar, de modo que puedan integrarse a las discusiones de esta iniciativa. Nada costaba esperar un par de meses a fin de presentar un proyecto integral y no una idea o el esqueleto de una propuesta.
Por otro lado, es desconcertante que se anuncien de antemano como oposición al Gobierno, pero no nos digan con claridad en qué consiste su programa.
La ensalada de figuras ahí presentes no evidencia una línea ideológica de contornos muy precisos. Por ejemplo, ¿Qué tienen en común Ruth Zavaleta y Gabriel Quadri? o ¿Miguel Ángel Mancera y Purificación Carpinteyro?
Aseguran que buscarán “un modelo de desarrollo incluyente, justo, productivo, competitivo, sustentado en una educación pública meritocrática y de calidad, en la ciencia y la tecnología”. Por el momento, su propuesta educativa suena realmente atractiva frente a la entrega incondicional de la SEP al sindicato y a Elba Esther Gordillo que ha tenido lugar durante la presente administración.
También están protestando por lo que llaman “sumisión, humillación e hipoteca de la dignidad nacional ante las presiones del gobierno de Estados Unidos”. Es llamativo y positivo que arranquen con un posicionamiento en política exterior. Falta saber qué tipo de política proponen.
En suma, el grupo Futuro 21 puede constituirse en un referente atractivo para la discusión pública en los años venideros y dependiendo su organización a escala nacional, una fuerza electoral respetable. Yo saludo su esfuerzo y entusiasmo, aunque sí considero que hubiera sido preferible esperar a tener todo listo antes de presentarse públicamente.
En vista del vacío ideológico y el desfondamiento de los partidos políticos tradicionales, es valioso el esfuerzo de constituir una fuerza opositora nueva. No obstante, sería deseable que le dieran preferencia a los rostros políticos frescos y no a figuras gastadas y desgastadas en contiendas electorales pasadas. Ojalá que integren un movimiento democrático en su vida interna, de otra manera será un relanzamiento de figuras del pasado.
•Internacionalista y analista político:
@avila_raudel