A lo largo de la historia mundial se han dado acontecimientos políticos y económicos que han marcado un antes y un después en la forma de concebir las relaciones entre los países y los modos de hacer políticas públicas en materia económica. Hoy vivimos uno de esos hitos donde el proteccionismo y las medidas nacionalistas extremas han generado un cambio de paradigmas donde la globalización y la interdependencia entre los países del mundo se ve cada vez más lejana.
Joseph E. Stiglitz, premio Nobel de Economía y profesor en la Universidad de Columbia, es sin duda un referente en cuanto el análisis de temas económicos mundiales. Su trabajo ha contribuido a explicar circunstancias en las que el mercado no funciona correctamente y el tipo de intervenciones que los gobiernos podrían implementar para subsanar estas deficiencias.
En los últimos 15 años, el también ex economista jefe del Banco Mundial, ha escrito una serie de libros que, traducidos hasta en 35 idiomas, han moldeado los debates globales.
En su nuevo libro “Gente, poder y beneficios: capitalismo progresista en una era de descontento” publicado en abril de este año, Stiglitz critica la administración de Trump y señala que Estados Unidos evoluciona hacia una economía y democracia del 1 por ciento, para el 1 por ciento y por el 1 por ciento. Que el Partido Republicano ha estado siempre de acuerdo y coadyuvando con el fanatismo, la misoginia, el nacionalismo y el proteccionismo del presidente Trump.
Coincidiendo con la época de precampaña en Estados Unidos, Stiglitz enfatiza en la necesidad de una agenda progresiva donde el P artido Demócrata pueda verse renovado. Para el diseño de esta agenda, el premio Nobel presenta una amplia declaración sobre los fracasos del capitalismo estadounidense y como es que ciertas políticas gubernamentales, bien aplicadas, podría reparar los errores de años de políticas públicas deficientes. Sorprendiendo a propios y a extraños, Stiglitz hace una serie de aseveraciones interesantes.
Por ejemplo, dice que no es que el capitalismo de libre mercado demostró su superioridad como el sistema que debía prevalecer, sino que más bien lo que fracasó fue el sistema comunista. A este respecto, señala que la economía de mercado socialista de China ha proporcionado una visión alternativa a la dinámica de crecimiento económico y que, en cambio, Estados Unidos debería enterrar su arrogancia respecto a su sistema económico de libre mercado.
Otras áreas en las que, según Stiglitz, Estados Unidos se ha equivocado es en la incapacidad de manejar la transición de una economía manufacturera a una economía del sector servicios, de dominar al sector financiero, de gestionar adecuadamente la globalización y sus consecuencias y de, tal vez, lo más importante, responder a la creciente desigualdad económica. ¿Sera tiempo ya de repensar que tipo de política económica necesitamos?
•Postgraduada en la Universidad de Barcelona, y de
Harvard. Especialista en finanzas internacionales