El campo de golf, en cualquier lugar, es un espacio por excelencia para hacer y hablar de negocios. Donald Trump bien lo sabe y, ha construido 19 campos en el mundo, no sólo en el continente americano (Estados Unidos), sino también en Europa (Escocia) y hasta en Oceanía (Indonesia), claro sin olvidar los Emiratos Árabes (Dubái).
En cada uno de los 19 campos propiedad de Trump-Hotels, hay personal calificado y dispuesto a cumplir las exigencias más exóticas de sus jugadores-huéspedes y sus acompañantes, claro todo a un alto costo, pero con la idea de poder y hacer negocios con uno de los socios más codiciados del mundo, el presidente del país de las barras y las estrellas.
En los Estados Unidos tiene 12 campos de golf, desde Florida hasta Nueva York, en el viejo continente, en Gran Bretaña, campos en Escocia e Irlanda, en Oceanía, si hasta el otro lado del mundo, también ha construido en Bali y Lido City y no podía quedar fuera el Medio Oriente, donde los campos de Dubái destacan.
El golf es un deporte que se ha popularizado, sin duda, pero el manto del gran dinero sigue cubriendo esta actividad. Por años jugar golf dio estatus. Donald Trump, el empresario, lo entendió perfectamente y ha hecho negocios con esta actividad.
Para comienzos del nuevo milenio, Donald Trump era dueño de una serie de propiedades como la Trump World Tower, Trump Hotel Las Vegas, Trump Ocean Club International Hotel & Tower, la serie de hoteles Trump International Tower & Hotel en varias ciudades, además de los antiguos casinos y un nuevo hotel en una de las islas palmera de Dubái.
La Trump Organization administra una serie de propiedades ubicadas en diversos países, además de los mencionados se sumanPanamá,Brasil, el Caribe y, nuevas zonas de Estados Unidos y la Trump Entertainment ha expandido el número de sus casinos.
La presidencia de los Estados Unidos parece ser entonces, un negocio más para este hombre, que desde que ingresó al mundo de los negocios a principios de los 70, ha navegado en algunas ocasiones en agua mansas, como también en muy turbulentas.
Trump nunca se ha declarado en bancarrota personal, pero sus negocios de hoteles y casinos sí; en seis ocasiones entre 1991 y 2009 para renegociar la deuda con bancos y propietarios de acciones y bonos. Trump fue citado por Newsweek en 2011, diciendo: “Juego con las leyes de bancarrota, son muy buenas para mí “como una herramienta para reducir la deuda”.
Un análisis de 2016 de la carrera empresarial de Trump por The Economist, concluyó que su “... desempeño de 1985 a 2016, ha sido mediocre en comparación con el mercado bursátil y la propiedades en New York”, teniendo en cuenta tanto sus éxitos como sus quiebras.
Un análisis posterior porThe Washington Post, concluyó que «Trump es una mezcla de fanfarronería, fracasos comerciales y verdadero éxito” y, calificó las quiebras de sus casinos como el “fracaso más infame” de su carrera comercial.
Donald Trump, el presidente, pero no olvidemos, el empresario.
•Doctora en Relaciones Internacionales
ncalmarosa@gmail.com