Por Ulises Librado
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Los hombres solteros de 40 a 49 años, sin hijos, y con carrera técnica son los que más riesgo tienen de corromperse dentro de las empresas.
En contraste, las mujeres solteras son las que tienen la tendencia más baja en materia de integridad laboral, a lo que se suma como otra característica a aquellas de entre 19 y 29 años, sin hijos, pero sobre todo con estudios de postgrado.
De acuerdo con un estudio de la firma de inteligencia laboral e integridad, Accupeople Intelab, en un universo de 200 mil personas, entre 2017 y 2019, los hombres representaron los mayores niveles de riesgo en materia de honestidad en una proporción de 58 por ciento, contra 42 por ciento en el caso de las mujeres.
El rango más peligroso para las organizaciones es la población que está entre 19 y 29 años, con 51 por ciento, seguido con 31 por ciento por personas entre 30 y 39 años. En menor grado, el riesgo entre empleados de 40 a 49 años es de 12 por ciento de probabilidad de actuar deshonestamente y las personas de 50 a 75 años solo representarían un riesgo en cinco por ciento de los casos, agregó.
En cuanto al nivel educativo, son más susceptibles de corromperse o llevar a cabo acciones incorrectas aquellas personas con licenciatura, representando 39 por ciento del riesgo. Quienes tienen una escolaridad media superior significan un peligro latente de 21 por ciento, los de carrera técnica 6 por ciento y los de posgrado solo 3 por ciento de riesgo.
El estudio, a través de su herramienta de evaluación Accutest, que se aplica con fines de empleabilidad, detalló que el perfil laboral riesgoso por estado civil es más o menos parejo, ya que la gente casada representa un peligro potencial de 51 por ciento y la soltera 49 por ciento.
Fernanda Zenizo, presidenta de Accupeople Intelab, informó que otro resultado de su estudio es que los individuos de más alto riesgo presentan las siguientes conductas: no manifiestan honestidad para cumplir estrictamente los compromisos y responsabilidades laborales; no respetan la confidencialidad en la información y sucesos estrictamente laborales; no tienen facilidad para juzgar con objetividad las decisiones y acciones propias; les falta autodominio en situaciones de crisis y también les falta de constancia.
Mientras tanto, dijo que las conductas de los individuos con un riesgo bajo son: respetar y obedecer a la autoridad; inteligencia teórica; integridad para resistir intentos de extorsión o soborno; resistencia para implicar a terceros en conductas ilícitas; respetar la propiedad e integridad de los demás; fortaleza para abstenerse al abuso de sustancias estimulantes y, cumplir las normas, políticas y reglas de conducta.