Después de meses de protestas en Hong Kong, las autoridades de la isla asiática decidieron interrumpir todos los vuelos del aeropuerto internacional derivado de las multitudinarias manifestaciones en la terminal aeroportuaria. La crisis política y social que se vive ha generado ya efectos importantes en la economía de la ciudad y es que la cancelación de cientos de vuelo sólo deja ver que el problema con China va en escalada.
El origen de las recientes manifestaciones es un proyecto de ley en la legislatura de HongKong que permitiría que las personas acusadas de algún crimen serían enviadas a lugares con los cuales Hong Kong no tiene un tratado de extradición, esto incluye China continental. La preocupación de los residentes de Hong Kong esque Pekín pueda detener a disidentes en Hong Kong por cargos falsos y que sean sentenciados injustamente por tribunales que en gran parte están bajo el control del Partido ComunistaChino.
El problema se ha magnificado, ya no únicamente por el proyecto de ley, sino por el uso abusivo de las fuerzas policiales en Hong Kong que durante las muchas manifestaciones de los últimos días han intentado dispersar a las multitudes mediante el uso de gas pimienta, garrotes y gas lacrimógeno. Tras las presiones de retirar el proyecto de ley, el pasado 15 de junio la jefe ejecutiva de Hong Kong anunció la suspensión del proyecto de ley, pero la gente no deja de protestar en favor de una real autonomía de la isla, la protección a las libertades, la democracia y el uso de las fuerzas armadas en contra de la población civil. Desde China se ha insinuado que, de ser necesario, el ejército chino podría intervenir lo cual estaría legalmente permitido por los acuerdos entre China y Hong Kong. El presidente Chino Xi Jinping no se ha manifestado al respecto ni ha hecho comentario alguno sobre esta crisis.
La relación entre China y Hong Kong nunca ha sido fácil. Hong Kong, uno de los centros financieros más importantes del mundo, fue devuelta a China después de ser una colonia británica hasta 1997 y desde entonces ha funcionado bajo la política de “un país, dos sistemas”. Esto permitió que Hong Kong mantuviera muchas libertados que no se tienen en la China continental, como la libertad de expresión, el acceso sin restricciones a internet y el derecho de reunión y manifestación. Hong Kong tiene sus propias leyes, sistema de gobierno y fuerza policial. El acuerdo con China es que esto sería así hasta por lo menos el año 2047.
Parecería ser que el interés de China por tener un mayor control en Hong Kong está en aumento lo que está preocupando a millones de hongkoneses que sienten que esta situación estaría poniendo en riesgo sus libertades básicas.
•Postgraduada en la Universidad de Barcelona, y de
Harvard. Especialista en finanzas internacionales