Un bebé nace dentro de una matriz de cristal. Sangre, fluidos y llanto. La extraña estampa se intensifica por los robóticos brazos que mecen al recién nacido.
El llanto del bebe es intenso, y
solo se calma cuando el armatoste mecánico decide hacer sonar una canción antigua cantada por la dulce voz de una mujer:
“Descansa cerca de mi corazón, nunca voy a
separarme”.
Madre e hija han vivido en un bunker aislado durante años. La madre Robot y la hija humana se han compaginado. La humanidad lleva
años extinta, la nueva generación de humanos es representada por la joven que en un futuro podrá elegir, al igual que lo hicieron con ella, el embrión que le seguirá en sucesión. Habrá que repoblar la tierra, la cantidad de embriones parece infinita, no hay prisa, a cada embrión habrá que amarlo y cuidarlo, pero sobre todo prepararlo, para esa nueva tierra.
Mientras Hija se prepara para un examen
el lamento de una mujer fuera del bunker la distrae, cosa extraña; la humanidad se perdió hace muchos años, o por lo menos eso cuenta Madre; la atmosfera no es habitable para la raza humana y por ello le es imposible salir del bunker: el ver a una mujer mal herida en las afueras, Una mujer que no debería estar. Un llanto que no debería oírse. Hija decide dejarla entrar sin tomar en cuenta que la simple acción de abrir la compuerta blindada, será decisivo para su vida y la de su madre.
Develar más de la trama es comenzar a destapar las sorpresas que el filme del director
Grant Sputore tiene a lo largo de este su primer filme. Resulta interesante que siendo un director novel maneje de muy buena forma el suspenso y poco a poco, el guion -también escrito por Sputore - va soltando poco a poco la información a la protagonista y por ende a nosotros, lo cual funciona para mantener al espectador pendiente de lo que sucede en pantalla.
A pesar de lo bien que se resuelven los giros
argumentales, no podemos dejar pasar por alto las ligeras fallas que se miran en el filme y que funcionan para que la historia avance, como el hecho de que las amenazas robóticas aparecen y desaparecen cuando el guion a si lo necesita, o que las distancias que aparentemente recorren los humanos estando en el exterior no parecen coincidir con las historias que cuentan con anterioridad.
I am a Mother resulta un filme entretenido
e interesante que maneja por encima y por debajo, como la maternidad, el aborto, la humanidad y el deber ser. Interesante cuestión por parte de una plataforma que se ha manifestado abiertamente a permitir el derecho al aborto seguro en estados unidos. El discurso de Grant Sputore no parece cuadrar con este discurso y eso es digno de mirarse.