Ida Vitale es la quinta mujer en recibir el Cervantes

Ida Vitale tiene 95 años pero ayer demostró que aún posee una energía inagotable y una espontaneidad característica. Su sabiduría acalló los aplausos, cuando pronunció el discurso de recepción del Premio Cervantes, ayer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

La poeta es la quinta mujer en recibir el galardón y la segunda uruguaya en obtenerlo, tras Juan Carlos Onetti.

Pausada y gesticulando con suavidad, la poeta uruguaya comenzó a leer el primer capítulo del «Quijote», una obra que la marcó profundamente.

Las famosas palabras con las que Cervantes inició el relato: “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme..." adoptaron el dulce acento uruguayo de Vitale, que comenzó una lectura que durará 48 horas.

A su lado un traductor de lengua de signos y a su espalda una televisión mostraba paisajes de La Mancha por la que cabalgaron don Quijote y Sancho Panza y escenas de las diferentes adaptaciones de la obra de Cervantes.

Según la poeta, "muchas veces lo que llamamos locura del Quijote, podría ser visto como irrupción de un frenesí poético, no subrayado como tal por Cervantes, un novelista que tuvo a la poesía por su principal respeto".

La escritora confesó que supo de don Quijote "por una gran pileta que lucía en el primer patio de mi escuela". Sus lecturas fueron "libres y tardías", pero se convirtió en una "devoción total" cuando intimó "con aquella pareja española tan tiernamente compatible".

Y aceptó de inmediato el lenguaje de Quijote y Sancho: "me integraba a un mundo en el que, sola, me sentía acompañada, capaz de manejarme en él como si fuese el mío propio".

El Rey de España dedicó parte de su discurso al idioma español y se refirió a México como una nación "solidaria" y un "país de acogida", palabras que llegan después de que el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, insistiÓ en que España debe disculparse por los agravios de la época de la Conquista.