Interminable elección del PRI

Columnas lunes 17 de junio de 2019 -

En su columna de ayer, el reconocido analista Luis Rubio escribió “el PRI es la cantera más importante de política y políticos en el país. Prácticamente no hay persona de poder en México que no haya surgido de sus filas o se haya formado en su escuela de política. Por décadas, fue el vehículo —por demás exitoso— para la construcción del país en la etapa postrevolucionaria…”. Todo lo anterior en medio de un artículo devastador donde Rubio disecciona la disyuntiva priista de someterse al Gobierno de López Obrador o afirmarse como oposición.

Rubio concentra su análisis en el pronunciamiento de los gobernadores a favor de Alejandro Moreno. La verdad es que la elección se decidió cuando 11 gobernadores tomaron postura en el Estado de México, encabezados por Alfredo del Mazo. No falta quien sugiera un interés particular de la élite mexiquense en ese pronunciamiento como un mensaje velado a López Obrador para evitar una persecución por el caso Lozoya. Si a esto le sumamos el evidente favoritismo del actual Presidente de la República hacia Moreno, el golpe a las aspiraciones de Narro, Ortega y Ruíz (los otros posibles competidores de Moreno) parece fulminante. Falta agregar el tema del famoso padrón, sobre el que nunca lograron ni lograrán ponerse de acuerdo los contendientes.

Mucha gente dice que hay que dejar al PRI morir con dignidad. Que a nadie le importa su destino, como evidenció el electorado con su desprecio e las elecciones de 2018 y en las de este año. Sea la extinción o el sometimiento a la condición satelital, el futuro del PRI ya no resulta trascendente para muchísimos votantes y hasta militantes de ese partido que han migrado a Morena. Que se hunda en medio de pugnas internas, mezquindades y ambiciones imposibles de consolidar, afirman unos.

Que desaparezca silenciosamente, proponen otros. Los simpatizantes de Alejandro Moreno están, comprensiblemente, de plácemes. Se saben ganadores de esta no competencia, pero ignoran qué quieren hacer con el partido. Es más o menos divertido y un tanto patético preguntarles por las políticas públicas que promueve su candidato.

Nadie sabe qué opina Alejandro Moreno del diferendo entre México y Estados Unidos o cómo propone enfrentar la inseguridad. Es otro caudillo carismático e ignorante. Sus promotores consideran que con eso basta para recuperar la Presidencia de la República. Ese perfil ya lo tuvo el PRI el sexenio pasado y no aprendió la lección. En demagogia y popularidad no van a superar a AMLO. Deberían recordar que Peña Nieto pasará a la historia, entre otras cosas, como el sepulturero del partido. La falta de visión de Estado no se suple con asesores.

Al final sólo uno toma las decisiones y si no conoce los temas, comete errores fatales. Como en 2018… y ahora.

•Internacionalista y analista político:

@avila_raudel