Este último año no ha sido nada fácil para el país y es que, con la 4T, además de un cambio de régimen, también se han dado acontecimientos que han puesto en riesgo la confianza en el país para las inversiones extranjeras. Por un lado, la cancelación del nuevo aeropuerto de Ciudad de México, la demora en la finalización del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, las amenazas de Trump de imponer aranceles si no se hace nada respecto al problema migratorio y por otro lado el supuesto crecimiento económico desacelerado que estamos atravesando, además de la política de austeridad por la cual desaparece ProMexico y otras representaciones comerciales de México en el mundo, no son buenas noticias.
A pesar de todo esto, pareciera ser que los
inversionistas internacionales siguen viendo a México como un país muy importante para sus operaciones. De acuerdo con datos del IBM Institute for Business Value que anualmente publica
un reporte sobre los flujos de inversión en todo el mundo, México ocupa el segundo lugar como principal país de destino para las inversiones, medido por el número de empleos que esta inversión genera. Estados Unidos sigue siento el país número uno con la economía más grande del mundo.
En el caso de México, como en el de Estados
Unidos, y en general en todo el mundo, se reporta un declive de la inversión de 2017 a 2018 lo cual se puede explicar por cambios en la economía mundial; por ejemplo, por el aumento de la economía digital y la automatización de los factores de producción. Se dice que este declive también se debe a la incertidumbre generada por la guerra comercial entre China y Estados Unidos y otros fenómenos como Brexit. Así en 2018, el número total de empleos creados por la inversión extranjera en el mundo cayó 9 por ciento y el número de nuevos proyectos de inversión disminuyó en 3 por ciento.
Para México la disminución de inversión entre
estos dos años es en realidad mínima, lo cual indica que el país se ha mantenido resiliente a los acontecimientos tanto nacionales como mundiales. Esto se explica por la localización de actividad corporativa en el país para servir al mercado norteamericano y por la inversión que busca aprovechar el crecimiento de la economía doméstica, sobre todo en el sector del turismo y la logística.
Las predicciones para el futuro son buenas.
Con la posible entrada en vigor del T-MEC el próximo año y el cese de amenazas de imposición de
aranceles de Trump, los inversionistas podrán
estar tranquilos de que su inversión será significativa y que las condiciones en las cuales invierte serán respetadas. Por lo que respecta al mundo, se estima también un aumento de inversiones como consecuencia de este declive en los últimos años.
•Postgraduada en la Universidad de Barcelona, y de
Harvard. Especialista en finanzas internacionales