Justicia en otro país

Por otro lado, también numerosos periódicos difundieron la noticia de la sentencia de pena perpetua contra el narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como el Chapo Guzmán.

Llama la atención el hecho de que ambos juicios, protagonizados por acusados mexicanos y trascendentales para la vida pública nacional tuvieron lugar en Estados Unidos. Es más o menos curioso que frente a semejantes crímenes, han de ser instancias judiciales norteamericanas quienes sancionen delitos cometidos por mexicanos en nuestro territorio. Algo dice del sistema de administración de justicia nacional que casos como éstos lleguen a ser tan graves que se persigan en otro país. En lo referente al Chapo, se le capturó en México y fue extraditado, pero hasta donde sabemos, Naasón Joaquín García ni siquiera tenía una investigación abierta en este país. No solamente eso, como ya dijimos, la actual administración autorizó la celebración de un homenaje al líder de la Luz del Mundo en el Palacio de Bellas Artes.

El Presidente de México emitió algunas declaraciones sobre el juicio al Chapo en Estados Unidos y manifestó “escuché muy bien al abogado que dijo que la confiscación de bienes por asunto de justicia le corresponden a México y se va a revisar el asunto. Estoy de acuerdo con lo que dijo el abogado de Guzmán Loera… estoy de acuerdo con eso y lo voy a revisar, él sostiene que en todo caso esos bienes le pertenecen a México. Yo creo que va a estar de acuerdo el gobierno de Estados Unidos en entregar el dinero a México”. Eso parece una señal positiva y favorable para el país, no obstante, falta discutir por qué sigue sin haber suficiente confianza para que este tipo de asuntos se diriman en México.

Después de dos grandes fugas del Chapo, nadie supuso que fuera buena idea volver a juzgarlo y encarcelarlo acá. Se prefirió la extradición para no arriesgarse a otra fuga y a que los delitos del personaje quedaran impunes. Ojalá que estos acontecimientos detonen una discusión nueva en México sobre la necesidad de reformar el sistema carcelario, pero también la impostergable tarea de garantizar que este tipo de delincuentes sean juzgados y sancionados en nuestro país.