No había transcurrido ni una semana de que Andrés Manuel López Obrador había rendido protesta como Presidente cuando la CNTE retomó las protestas y amenazaba con radicalizarlas con bloqueos carreteros, a partir del 11 de diciembre pasado, en al menos 15 puntos de Michoacán.
El amago fue cumplido por los profesores de la sección 18 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación de esa entidad al bloquear carreteras a lo largo del estado y escaló hasta paralizar las vías férreas casi un mes en el puerto de Lázaro Cárdenas, lo cual no sólo causó afectaciones a empresas, las cuales alegaban pérdidas de hasta 18 mil millones de pesos, sino al gobernador y al propio Presidente López Obrador.
El jaloneo entre el Presidente y el gobernador estuvo varios días... cortesía de la Coordinadora. Más los cuestionamientos de los empresarios y los “malquerientes” de López Obrador por no actuar contra el magisterio disidente.
...Y se cumplieron las demandas económicas de los maestros.
Otro episodio del juego de vencidas entre la Coordinadora y AMLO tuvo lugar precisamente la semana pasada, cuando integrantes de la sección 22 de Oaxaca de la CNTE bloquearon las entradas a la Cámara de Diputados para evitar que sesionaran las comisiones que discutirían el proyecto de decreto en materia educativa. Ante el bloqueo, los diputados buscaron una sede alterna y optaron por trasladar las deliberaciones al Senado, recinto que también terminó siendo sitiado por los mentores oaxaqueños.
En este nuevo juego de vencidas, el jefe del Ejecutivo cedió. Ante la presión de la CNTE, López Obrador convocó a una mesa de negociaciones y convirtió a la organización magisterial en actor privilegiado, en “un diálogo permanente”, en la discusión sobre todos los temas relacionados con los cambios educativos.
Cero y van dos en el incipiente gobierno de la 4T. Parece que la Coordinadora le ha tomado la medida al Presidente López Obrador.
LUCHA FRATICIDA EN MORENA
Como si el conflicto con la CNTE y sus adversarios, que no pierden tiempo en señalarle supuestos o reales errores en la toma de decisiones, se ha desatado la confrontación al interior del partido del Presidente, Morena.
La disputa entre los grupos que desean tener el control de Morena ya es abierta. Si bien la pelea había estado presente, estaba soterrada ante la celebración por el triunfo de 2018 y la necesidad de mostrar un partido en unidad para el arranque de gobierno.
Pero la definición de las candidaturas para los próximos comicios en 6 estados, particularmente Puebla y Baja California, donde se elegirá gobernador, aceleraron la lucha y la sacaron a la luz.
Yeidckol Polevsky, presidenta en funciones de Morena, y Ricardo Monreal, coordinador de la poderosa bancada morenista en el Senado, aparecen como cabezas de los grupos que quieren el control del instituto político. De un bando y de otro han sido lanzado dardos para herir al adversario.
Pareciera que los partidos de izquierda en México sufren un mal congénito: falta de cohesión de las “tribus” que los integran. Los ataques entre actores destacados del partido en el poder evidencia que Morena se ha tornado en un jugoso botín político para el presente inmediato y rumbo a 2024.
•Editor. Actualmente director del portal
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