La Fotografía No Miente

La realidad es que la aparición de esta tecnología y su ágil crecimiento, nos ha invadido la vida entera. Bueno, ni siquiera el teléfono ha quedado fuera del baño, siendo este un momento de intimidad personal.

▶ Estas dos imágenes que hoy les presento son dos situaciones antagónicas, en donde el común denominador es el ser humano.

El día de ayer, un edificio en Mumbai, en la India se cayó por completo, por lo que trabajadores y residentes de la zona, se unieron para buscar sobrevivientes entre los escombros.

La imagen de la agencia Reuters, en donde vemos desde el aire a los hombres trabajando de la mano de los servicios de rescate, unos descalzos, otros en las clásicas sandalias que utilizan por allá, algunos mostrando su religión en su atuendo, otros incluso sin camisa, pero todos con la misma idea en la cabeza: salvar a quien se pueda.

Al ver a todos ellos actuando en solidaridad y concentrados en la loza destruida, pensé en la realidad diaria en las calles de nuestra ciudad, del país y quizá, hasta de la gran parte del mundo.

Estamos conectados y pareciera que hemos perdido la capacidad de vivir sin un celular, pero sobre todo, de no mirar al de a lado, a los edificios por los que caminamos o viajamos diariamente.

Bien dicen que los niños y los borrachos, siempre dicen la verdad, pero a este dicho popular, yo diría que también las fotografías dicen mucho más de lo que uno esperaría.

▶ Las imágenes en donde aparecemos todos con el teléfono en la mano grabando los conciertos, tomando foto o video de un evento, de la familia, o caminando como estos chicos que cruzan la calle sin ver a un lado u al otro para asegurarse de llegar al otro lado con vida, eso es lo que somos hoy.

Como ayer les dije, toda fotografía comunica, sea buena o mala y esta en Mombay y la otra en alguna parte de Europa, pero que podríamos ubicarla en cualquier lugar, nos muestra que solo estando en situaciones de peligro y de solidaridad humana, nos desconectamos.

Sin olvidar, que incluso en situaciones de ayudar, como hace dos años aquí en la Ciudad de México donde la gente se mezcló con los bomberos y militares para ayudar a salvar sobrevivientes de los edificios caídos, tras el sismo aquél, hubieron algunos que aprovecharon para hacerse una selfie como parte de la existencia moderna.

Les confieso que en el momento que vi esta terrible imagen, inmediatamente lo conecté con la vehemente manera de conectarnos de día y noche con los teléfonos en la mano.

Ojalá reaprendiéramos a caminar mirando a nuestro alrededor, o verle la cara al que está sentado frente a nosotros en el Metro. Que no solo los desastres naturales o situaciones de emergencia, nos hagan desconectarnos del mundo virtual que pareciera que es más importante que la vida real, esa del tú a tú.

Dos imágenes, en un mismo mundo.