Tenemos equipos en Liguilla y tenemos equipos eliminados. Hoy arranca la definición por el título y mientras esperamos por el arranque de estos partidos, los ecos tras los malos torneos no dejan de sonar entre los clubes que se quedaron fuera.
La élite del futbol viene marcando tendencias. Otra vez Tigres, Rayados, el América y el propio Cruz Azul, con todo y ese estigma que se le ha achacado como perdedor de la última final.
Junto a ellos, nos encontramos con una gratísima sorpresa esta temporada, como León, y equipos que cumplieron lo suficiente como para colarse, hablamos de Necaxa, Pachuca y Tijuana.
De los primeros, a los que podríamos catalogar como favoritos al título, no hay duda sobre la solvencia de sus proyectos… y esa es una palabra clave. Un buen torneo en solitario te puede meter a una fase final, pero ser un invitado constante habla de la seriedad y el trabajo a largo plazo en estas escuadras.
El caso del León es bastante particular. Dominó a su antojo la temporada, y sorprendió sobre todo porque torneos atrás había tenido temporadas intrascendentes. Yo en ocasiones me sumé a esos comentarios que apostaban porque se caería en algún momento de la campaña. Nos ha callado la boca hasta el momento, pero tiene por delante su reto más grande.
Con el resto, solo queda aplaudirles por una buena temporada. A la espera de que puedan canalizar sus virtudes y dejar a un lado los errores.
Mientras todo esto sucede hay algunos clubes eliminados que siguen llamando la atención. En particular hablo de Pumas y Chivas. Y me parece que ese interés se da por la exigencia que de facto tienen estas instituciones como equipos grandes en época de grandes crisis.
Pumas ya se movió y anunció la llegada de Jesús Ramírez como directivo, quien casi al mismo tiempo ponía en duda la continuidad de Bruno Marioni como técnico. Con muchos asuntos por resolver, los cambios así tan inmediatos al final del torneo no sorprenden.
El caso de Chivas es similar. Tratándose de uno de los clubes más importantes de nuestro país, sería imperdonable pensar en no hacerle caso solo porque su participación ya concluyó. Fue un torneo desastroso para el Guadalajara y es obvio que sus dirigentes se dan cuenta.
Para el grueso de la afición, el problema en Chivas es justamente la gente de pantalón largo. Y obviamente ellos difícilmente se harán a un lado. Al menos, podría casi afirmar que están conscientes de la problemática. Y tratarán de resolverla como lo han hecho en los últimos años. El gran reto es ver si ahora sí le atinan a un buen proyecto.
Son diferentes tipos de estrés. Los clasificados se preparan para una montaña rusa de emociones. Juegas la ida en martes o miércoles y a los dos días ya estás en cancha otra vez. Para los eliminados, el trabajo es más discreto y silencioso, pero igual de crucial.
•Periodista y analista deportivo
alex.lindoro@gmail.com/@AlexLindoro