La Vulnerabilidad Femenina

Una imagen con tanto ruido visual, con gente por aquí y por allá, con señoras vendiendo verduras en el piso, dos jóvenes pasando en moto o como el estudiante de camisa azul de su lado derecho y que seguramente se percató de la cámara del fotoperiodista español, Andrés Martínez Casares y decidió “pintarle” el dedo en señal de rebeldía.

Pero más allá de todo, del sombrero naranja, al fondo, o el costal que carga una mujer en su cabeza, destaca la dulce y espontánea mirada de l niña que mira (supongo) a su madre. Una cara traviesa y coqueta, que pareciera decirle a su mamá que se siente segura con ella a su lado y su mano sujetándola.

▶ Dos mujeres que caminan sobre un pasillo de lodo lleno de hombres, al menos en su mayoría, poniéndolas en una línea ligera de vulnerabilidad.

Es que miré esta imagen y pensé en la situación de la mayoría de las mujeres en el mundo, donde caminamos con valentía y seguridad alrededor de un mundo de hombres, de una cotidianidad que siempre nos deja en minoría.

Esta fotografía la tomó Andrés Martínez, de quien he hablado ya varias veces en este espacio, juro que no me avisa sobre su trabajo, pero casualmente termino eligiendo esas imágenes que documentan y sobre todo que transmiten algún tipo de emoción y mi sorpresa es siempre encontrar que la tomó él. Sí, de nuevo él.

Pero es que tiene el feeling de quien se enfoca en la humanidad y sus historias; y hay que enfatizar que a Haití y a su gente la conoce bien.

Cuando observé el rostro de esta niña, me recordé cuando era pequeña, sintiéndome segura de lado de mi mamá sin importarme quién nos mirara o por dónde camináramos, y por supuesto lo veo hoy con mi hija, yo miro con los ojos de una mujer adulta que conoce los peligros y los riesgos, tomándola fuerte de la mano y observando como una leona a nuestro alrededor, mientras ella sonríe y me mira sabiéndose tranquila.

Esta imagen también toma fuerza, después de que hace unos días se lanzó una campaña #NoTeCalles por redes sociales en contra de las violaciones y todo tipo de violencia hacia la mujer, niñas y niños.

En Haití no hay ley alguna que tipifique la violencia, violaciones, explotación o acoso sexual laboral, por decir algunas.

La situación es complicada, las mujeres están solas y esta madre lo sabe, por eso camina tomando con seguridad del brazo a su hija y aunque la pequeña no lo tenga tan claro, sabe que a lado de su mamá, estará bien.