La campaña de lectura

Un viejo funcionario de la SEP me contaba su primera visita a Finlandia, país reconocido por tener uno de los mejores sistemas educativos a nivel mundial. El mexicano le preguntó a un alto funcionario educativo “¿cuáles son sus estrategias de promoción de la lectura?”. El desconcierto del finlandés no conoció límite. “No comprendo. ¿Se refiere a políticas de alfabetización?”. El mexicano replicó “Quiero decir ¿cómo logran que su población lea tanto?”. La respuesta del burócrata anfitrión confirmó su extrañeza ante la inquietud mexicana. “¡Qué rara pregunta! Los niños desarrollan su predilección por los libros en la escuela. Disfrutan la lectura desde la educación básica. No se puede forzar el gusto por algo”.

Paco Ignacio Taibo II es reconocido por propios y extraños como un exitoso y entusiasta promotor de la lectura. Su esfuerzo más reciente mediante la reducción del precio de los libros ha merecido atención de mucha gente. La semana pasada, el editorialista Gil Gamés ofreció cifras en Milenio sobre la lectura en México.

Citando los resultados mexicanos de la prueba PISA (aplicada por la OCDE) en 2015, Gamés recordaba “en México, 42 por ciento de los estudiantes está por debajo del Nivel 2 en lectura, lo cual es significativamente mayor que el porcentaje de Chile, similar a los porcentajes de Colombia, Costa Rica y Uruguay y menor que la proporción en Brasil y Perú. La proporción de estudiantes mexicanos que no logra alcanzar el nivel mínimo de competencias en lectura no ha variado desde 2009”.

Estos números apuntan a una consideración elemental y ausente del discurso oficial. Los estudiantes mexicanos están alfabetizados, pero no alcanzan niveles mínimos de comprensión de lectura. Es decir, antes que el precio de los libros o la cantidad de tiempo libre disponible, los mexicanos no leen ni leerán porque la escuela no los prepara para la comprensión cabal de un texto. Consecuentemente, ¿no debería participar la Secretaría de Educación Pública en la campaña de promoción de lectura de Taibo II y el Fondo de Cultura Económica?

Es un lugar común que la firma de convenios interinstitucionales en México no sirve para nada. Históricamente no han representado sino oportunidades de exposición mediática para los titulares de las dependencias. Firman acuerdos con sus colegas que permanecen como letra muerta. No obstante, en el caso de la lectura, los muy meritorios esfuerzos de Taibo II estarán destinados al fracaso por causas ajenas a su control mientras no cuente con el respaldo de las autoridades educativas. No se trata de anunciar la firma de un convenio entre Taibo II y Esteban Moctezuma, sino de que la estrategia de promoción de lectura tenga componentes complementarios y colaborativos entre ambas dependencias. Una tarea en la que podrían y deberían trabajar hombro con hombro. México ganaría mucho con semejante cooperación.