Charlie Valentino León es diputado local por Tabasco y además es racista. Hace unos días señaló que “los españoles son la peor de las razas” y atribuyó los males de nuestro país a que la colonización no fue realizada por ingleses.
El legislador pertenece a la picaresca política y quienes han accedido a cargos de representación por la oleada y la fuerza de Morena en las elecciones del año pasado. No representa a corrientes importantes de su partido y mucho menos a su filosofía, pero da muestra de cómo se pueden desatar sentimientos reprobables cuando se polariza.
Paul Valéry escribió: “La historia es el producto más peligroso que haya elaborado la química del intelecto. Sus productos son conocidos. Hace soñar, embriaga a los pueblos, engendra en ellos falsos recuerdos, exagera sus reflejos, mantiene sus viejas llagas, los atormenta en el reposo, los conduce al delirio de grandeza o al de persecuciones, y vuelve a las naciones amargas, soberbias, insoportables y vanas”.
Valéry contaba la perspectiva de quienes han visto y sufrido las guerras, con la pasión que se forja cuando todos los caminos parecen inciertos y el horizonte se percibe oscuro.
El diputado tabasqueño ha vivido en una democracia y esto le permite expresarse en libertad, pero hay límites que marcan la educación y la prudencia.
Los dichos de Charlie Valentino podían catalogarse como simple anécdota, pero hacerlo así sería ir dejando crecer prejuicios que no deben provenir de quienes ostentan una posición pública y que están obligados a conducirse con respeto y a no discriminar a nadie.
Los españoles no requieren defensa, porque pueden hacerlo por sí mismos, pero van a seguir otros grupos y otras nacionalidades.
El propio diputado ya se había referido a los migrantes como “malandros”, asumiendo, sin pruebas por supuesto, que se dedican a conductas indebidas.
En los años treinta, en Europa, un discursero de taberna, envenenó Alemania y la hizo transitar a una de las atrocidades más grandes de la historia moderna.
No es casual que el negacionismo sea penado y que se insista en preservar la memoria para evitar la repetición. Por eso, a lo largo de todo el continente, hay alarmas respecto a los movimientos nacionalistas de derecha, que ven en los migrantes y en los otros, el fruto de todos los males.
Está claro, o debería estarlo, que no hay razas superiores y que solo pensarlo conduce al precipicio. Charlie Valentino sí tendría que ofrecer disculpas y entre ellas a los miles de españoles que, antes y ahora, han hecho de México un mejor país. Es más, el abuelo del Presidente de la República también vino de aquellas tierras y con la perspectiva de encontrar aquí oportunidades y una nueva patria.
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