Las series que revolucionaron la manera de consumir TV

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Si algo ha destacado la crítica cinematográfica en los últimos diez años, es cómo el fenómeno de las series logró llegar para quedarse, asumiéndose como una de las propuestas narrativas más ingeniosas y prolíficas de lo que va de siglo XXI.

Los legados de The Sopranos (1999-2007), The Wire (2002-2008), Mad Men (2007-2015) y Californication (2007-2014), series que iniciaron a finales de siglo XX y principios del XXI, se vieron reflejados, desde 2010, en tramas novedosas, eficaces y complejas, cuyo desenlace es desconocido, tanto por sus creadores como por sus intérpretes, quienes, esperan y apuestan, por obtener la renovación para una nueva temporada que someta, a la trama y a sus personajes, a la reinvención.

Desde la segunda década del siglo XXI, las propuestas seriales aumentaron en la misma medida que la informática amplió su espectro comunicacional. Ante este escenario, son pocas las series que aún sobreviven, logrando mantener en el tiempo el desarrollo tanto de la historia como de sus personajes, permitiéndole a la audiencia —en el mejor de los casos— verlos envejecer.

Dos versiones de EU

El primer éxito que puede contar la década es el estreno de Homeland (Showtime, 2011), serie que, en 2012, obtuvo reconocimiento mundial al ser calificada por el entonces presidente de Estados Unidos (EU), Barack Obama, como su serie favorita, declarándose “fan incondicional” de la trama construida por Gideon Raff, que cuenta la historia de Nicholas Brody, marino del ejército estadounidense a quien daban por muerto y reaparece, ocho años después, como prisionero de Al-Qaeda. Desde su rescate, Carrie Mathison, agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) sospecha de Brody como posible topo de la organización terrorista fundada en 1988.

La octava y última temporada de Homeland se estrenará en febrero de 2020.

Si la crítica calificó a Homeland como la serie que muestra cómo el estadounidense se mira a sí mismo, en 2013 el escritor Joseph Weinsberg estrenó The Americans (FX, 2013-2018), serie ambientada en los ochentas, durante la Guerra Fría, en la que dos espías rusos, marido y mujer, padres de dos hijos, se hacen pasar por ciudadanos estadounidenses, destacando que el drama de los agentes rusos mostraba cómo el resto del mundo percibía al gobierno estadounidense.

El American Film Institute, entidad dedicada a la formación de cineastas y al reconocimiento de las artes cinematográficas en Estados Unidos, premió a The Americans en cinco ocasiones (2013, 2014, 2015, 2016 y 2018) incluyéndola en el top diez de shows del año.

Nueva camada de chicos malos

Poco suena el nombre de la escritora Ann Biderman, a pesar de ser responsable de una de las ficciones más exitosas de los últimos años, llevada a la pantalla por la cadena Showtime desde julio de 2013: Ray Donovan, serie que cuenta la historia de Ray, un americano de raíces irlandesas que se gana la vida como Fixer de la farándula hollywoodense, y el resto de su familia, que carga sobre sí un lastre suicida, pedófilo y mafioso, en una atmósfera de permanente negación psicológica del efecto que estos elementos provocan en el círculo familiar.

Aunque Biderman escribió y produjo las primeras dos temporadas, Ray Donovan ha seguido dando de qué hablar: la serie ha sido nominada, desde 2013, en 18 ocasiones, obteniendo solo tres premios, en 2013, 2014 y 2016. Sin embargo, la audiencia parece premiarla de otra manera. En junio de 2018, Jaspreet K. Nijjar, británica doctoranda en sociología de género por TECHNE (The Craft of Research in the Arts and Humanities) publicó el ensayo Mutiladas Masculinidades: Un Análisis Crítico del Discurso de Nueva Licencia y el Nuevo Hombre en Sons of Anarchy and Ray Donovan.

Y es que Sons of Anarchy (FX, 2008-2014), ficción creada por Kurt Sutter que narra la historia de Jackson Teller (Charlie Hunnam), puede ser vista de dos maneras: la primera, como la historia criminal de pandillas de moteros que golpean, trafican y matan, y la segunda, un dilema shakespereano que se pasea entre Hamlet y Macbeth por siete temporadas y 92 episodios.

Pantalla y filosofía

Uno de los mayores éxitos recae sobre Nic Pizzolatto, escritor y docente de literatura, responsable de True Detective (HBO, 2014), antología criminal que en su primer temporada planteó un entramado filosófico y literario que va desde Nietzche hasta Schopenhauer y Lovecraft, influencias estéticas claras del guion encabezado por los personajes de Rusting Cohle (Matthew McConaughey) y Martin Hart (Woody Harrelson).

La segunda temporada de True Detective (otro elenco, bárbaro; y otra trama, pésima) solo obtuvo malas críticas.

No obstante, Pizzolatto aprendió de su error y en 2019, estrenó una tercer temporada, protagonizada por el ganador de dos premios Oscar, Mahershala Ali, y Stephen Dorff (modelo del video de Crying de Aerosmith y Everytime de Britney Spears) quien, a pesar de una trastabillada carrera, ha demostrado ser también un gran actor.

Pantalla y literatura

The Blacklist (NBC- 2013) tiene como protagonista a James Spader, uno de los actores más interesantes de su generación por sus roles en Sex, Lies & Videotape (1989) de Steven Soderbergh y Crash (1996), película basada en el libro homónimo de J.G Ballard y dirigida por David Cronenberg.

Por sus antecedentes, no extraña que su personaje, Raymond Reddington, el criminal y terrorista más buscado del mundo, quien termina trabajando junto al FBI sea heredero de la oratoria detectivesca de los cuentos de Allan Poe, Chandler, Patricia Highsmith, Arthur Conan Doyle y Agatha Christie, envueltas en el ropaje del terrorismo globalizado y el escenario geopolítico actual, en el que Rusia, Siria y Venezuela, encabezan la villanesca.

Colombia y el conflicto

En el contexto geopolítico, destaca Distrito salvaje (2018-Netflix) serie colombiana creada por el escritor y productor Cristian Conti, que cuenta la historia de un exguerrillero que busca reinsertarse en la sociedad. En 2019 estrenó su segunda temporada, mucho más compleja y eficaz que la primera, evidenciando los tentáculos y las grietas de la real politik y de la sociedad colombiana.