Las mujeres mexicanas contra la violencia digital

Mientras que en el ámbito federal será enviada al Senado para su ratificación, 14 entidades federativas, y recientemente la Ciudad de México ya han aprobado esta legislación para sancionar, prevenir y visibilizar la ciberviolencia, 1 legislativo estatal se encuentran estudiando el dictamen y 3 estados más están por presentar esta normativa. Esta iniciativa denominada Ley Olimpia es impulsada por un grupo de jóvenes mujeres víctimas de acoso y violencia digital entre las que se encuentra Olimpia Coral Melo, una joven que al tratar levantar una denuncia ante el Ministerio Público encontró que la ciberviolencia no estaba tipificada como delito, por lo que su denuncia no era procedente.

Con la reforma a la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia aprobada por la LXIV Legislatura de la paridad de género, se integra la definición de violencia digital como aquella que implica actos de acoso, hostigamiento, amenazas, vulneración y difusión de datos e información de carácter personal, divulgación de información apócrifa, fotografías, videos o cualquier contenido gráfico o sonoro que sea divulgado a través de plataformas de internet, espacios digitales, aplicaciones o cualquier tecnología de la información que atenten contra la integridad, dignidad, privacidad, libertad o vulnere algún derecho humano de las mujeres.

Esto resulta sumamente relevante, toda vez que de acuerdo con el Módulo sobre Ciberacoso 2017 del Inegi, 5 de cada 10 personas declararon haber sufrido acoso digital. No obstante, se encontró que las mujeres son más propensas a experimentar dos tipos de agresiones digitales, tales como insinuaciones o propuestas obscenas, así como el envío no solicitado de fotos o videos con contenido sexual. En ese sentido, el Inegi registró que 41.2 por ciento de los casos, las personas acosadoras eran conocidas o tenían una relación cercana con las víctimas, es decir, sus compañeros de clase o trabajo, exparejas o familiares.

Reconocer la violencia de género en el ámbito digital como un mecanismo de intimidación, control, discriminación, desprestigio, daño emocional, vulneración de sus datos personales, su privacidad y honor, así como una limitación de sus libertades y derechos humanos, representa el primer paso para prevenir, sancionar y erradicar este tipo de agresiones. En los espacios públicos y privados todos tenemos derecho a una vida libre y segura, y eso debe incluir también a los espacios digitales.

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