Sin duda, el caso de la “Ley Bonilla”, que estaría a punto de concretarse, si es que la oposición no actúa rápida y contundentemente, dejó por lo menos una lección que el Partido Acción Nacional debe aprender y poner de inmediato en práctica, porque de lo contrario, caería en la trampa que le tendieron los diputados locales de Morena, encabezados por Víctor Morán, quien propuso alargar tres años la gestión de Jaime Bonilla, el gobernador electo de Baja California.
Trampa o lo que haya sido, el caso es que la mayoría en el Congreso local la tiene el PAN, que junto
con legisladores de la oposición, donde también hay que mencionar al PRI, votaron a favor del regalo que todo indica, recibirá el gobernador electo Bonilla y en el punto más álgido del conflicto el Congreso estatal calificó de “analfabetas constitucionales” a legisladores federales.
Es por lo anterior que los panistas deben ir un paso adelante. No bastan los pronunciamientos que han ofrecido en conferencia de prensa senadores como Damián Zepeda y Kenia López Rabadán, en el sentido de que la corrupción penetró en los distintos actores políticos de Baja California y definitivamente, permeó en los distintos integrantes del Congreso local.
Como lo reconocieron los propios senadores
albiazules, resultan muy lamentables las pésimas decisiones que se están tomando en la entidad y son los diferentes partidos los que deben hacerse cargo de la actuación de sus legisladores locales, esto es, se debe investigar a fondo cómo es que apoyaron una medida a todas luces anticonstitucional y que marca un retroceso, desde luego, con sus contadas excepciones por parte de Acción Nacional.
El gobernador Francisco Vega, se ha negado a
publicar en el Diario Oficial del Estado el “regalo” a Bonilla; el problema es que si no lo hace en un plazo de diez días, entonces lo hará el presidente del Congreso en funciones que corresponderá a la XXIII Legislatura local, que iniciará sus labores el 1 de agosto y de la cual formará parte Víctor Morán, en una abierta acción de reelección que niega bajo el argumento de que como solicitó licencia, valiéndose de artimañas, volvió a postularse como candidato a diputado local y ganó.
Así, la lección que debe aprender Acción Nacional de lo ocurrido en la entidad que por tres décadas fue su principal bastión, es no limitarse a estar
anunciando lo que van a hacer, sino llevarlo a cabo teniendo como base una estrategia sólida.
Desde que esta “bomba” estalló, el PAN se ha
pronunciado al respecto, pero le faltan acciones.
Tomando en cuenta que este partido es el único contrapeso que queda en el escenario político, ahora está en grave riesgo de perder esa posición; no
deben olvidar que ya hay un antecedente, Puebla.
Periodista
morcora@gmail.com