Libra

En un principio se espera que la Libra esté administrada por la Asociación Libra con el objetivo de que evolucione hacia un sistema completamente abierto.

La Asociación Libra está compuesta por varios socios entre ellos Facebook que se han dado a la tarea de gestionar los aspectos técnicos del proyecto y trabajar con reguladores en distintos países, sobre todo en Estados Unidos y la Unión Europea, para garantizar que la Libra pueda ser una realidad.

A diferencia del Bitcoin, que no está respaldada en nada y que cuyo valor fluctúa constantemente, Libra estará vinculada a ciertos activos que asegurarán su valor. Estos activos pueden ser depósitos bancarios y valores de gobierno en moneda de bancos centrales estables. Así, el valor de la Libra, como cualquier otra moneda tradicional en el mundo, fluctuará en función de la oferta y la demanda.

Si aumenta la demanda de la Libra, la Asociación adquirirá más activos subyacentes y creará nueva Libra. El respaldo de monedas con activos solía hacerse tradicionalmente, por ejemplo, el dólar estuvo respaldado por el oro hasta 1971 y muchas otras monedas actualmente están vinculadas con el dólar estadunidense donde sólo se emiten nuevos billetes si se tienen suficientes reservas.

Las reacciones ante este anuncio no se han hecho esperar. En Washington existe temor de la seguridad de los datos personales de los usuarios, como ya es costumbre tratándose de Facebook. Maxine Waters, que preside el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, pidió a Facebook frenar el desarrollo de Libra hasta que el Congreso pueda estudiar a detalles el proyecto.

Líderes europeos también han mostrado preocupación. Bruno Le Maire, ministro de Finanzas en Francia declaró que será un gran peligro que la Libra, además de usarse para transacciones, funcionara como moneda soberana para emitir deuda o cumplir otras funciones asociadas con el dinero emitido por gobiernos.

Actualmente, las criptomonedas carecen de un marco regulatorio claro que brinde protección sólida a los consumidores lo cual, sin duda, tiene que solucionarse. La tecnología avanza y los reguladores no están siendo capaces de seguirle el paso.

Las cuestiones de privacidad y seguridad nacional son fundamentales, pero también se tiene que tomar en cuenta los beneficios potenciales que estas innovaciones pueden traer al mundo. El uso de monedas electrónicas puede disminuir el costo de las transacciones financieras lo cual generará un impacto muy importante sobre todo a países en desarrollo.

Bien regulado, el modelo de monedas electrónicas puede, sin duda, revolucionar el mundo financiero.