POR FERNANDO MORENO
Los equipos ingleses, Liverpool y Chelsea, se midieron ayer en juego correspondiente a la edición 44 de la Supercopa de Europa, duelo que se inclinó para los Reds con lo que se convirtieron en campeones absolutos del viejo continente tras dejar un marcador de 2-2 en tiempo regular y 5-4 en tanda de penales, la cual fue definida por la anotación del goleador egipcio, Mohamed Salah.
Se disputó en el Estadio Vodafone Park, en Estambul, Turquía; Liverpool, campeón de Champions League y Chelsea de la Europa League, definieron quien es el rey del viejo continente.
Ambos llegaron de la temporada 2019-20 de la Premier League, donde los Reds golearon 4-1 al Norwich; mientras que los Blues cayeron por 4-0 ante el Manchester United. Uno de los hechos históricos se lo llevó la tripleta arbitral, ya que por primera vez fue pitado por un equipo silbante femenil; las protagonistas fueron Stéphanie Frappart, Manuela Nicolosi y Michelle O’Neill.
De esta manera, el conjunto del Liverpool conquistó la cuarta Supercopa de su historia gracias a su mejor eficacia en los cobros desde los penales que los del Chelsea, en la fase también conocida como los 11 pasos, en donde marcaron todos sus tiradores y el portero español Adrián San Miguel evitó la conocida como muerte súbita al detener el disparo de Kevin Bakumo-Abraham, quien acabó como el villano.