Llegó el tiempo de ir a la Estética

Las estéticas han luchado por sobrevivir a esta pandemia del Covid-19, por eso en la reapertura de las mismas, toman las medidas de prevención necesarias y protocolarias para recuperar el tiempo perdido.

Para recibir los servicios en los salones de belleza la nueva normalidad pide que el cliente vaya solo, saque cita y use cubrebocas y gel antibacterial.

Los estilistas, por su parte desinfectan su lugar de trabajo cada cliente que se va, y esterilizan peines, cepillos y demás instrumental, reparten gel y también usan cubrebocas, algunos también mascarillas.

Fabiola Zambrado, dueña de la estética Los Javis, en Iztapalapa, relata que nada más para entrar a su local, los clientes deben limpiarse las suelas del calzado en un tapete sanitizante o desinfectante, con cloro y agua, que adquirió para mayor seguridad al interior de su negocio.

Antes de recibir en su sillón de cortes de pelo a un nuevo cliente, Fabiola desinfecta con un líquido especial que adquirió para ello.

El alcohol en gel es repartido en cada persona que llega a pedir algún servicio, sobre todo cortes de cabello que son los que tuvieron que esperar ante el confinamiento social.

Luego de salir el cliente, Fabiola lava con agua y jabón, peines, cepillos, tijeras y demás instrumentos usados, y después los rocía con más desinfectante.

En la estética Samo, las actividades han sido retomadas hace unas semanas, y ahora toman las medidas necesarias.

Nathalia acostumbra a cortarse el cabello allí, contó a ContraRéplica que al llegar la reciben con gel antibacterial, y desde fuera un letrero le indica que debe usar cubrebocas para recibir el servicio. Eso la hace sentirse más segura.

“Es algo necesario porque se debe tener cuidado de uno y los demás, para salir adelante de la pandemia entre todos”, dice

Ella al regresar a su casa, además toma más medidas: “Me lavo las manos inmediatamente, y me cambio de ropa. Si tomas las medidas adecuadas obviamente habrá menos posibilidad de virus”, señala.

Vadir es estilista. Con su cubrebocas negro y se pelo del mismo color, trabaja cortando el cabello, pintándolo, estilizándolo.

“Nos lavamos las manos a cada rato. La mayoría de la gente viene con cubrebocas, sino no los dejamos entrar, si lo traen entonces pasan, y les damos gel antibacterial”. Añade que a su clientela le han pedido que vayan solos, que no lleven compañía y menos si son menores de edad.

Hasta ahora, por fortuna nadie de sus clientes se ha contagiado, ni tampoco del personal que allí labora.

La barbería Odisea, es otro negocio también ubicado en Iztapalapa, la alcaldía con mayores contagios de Covid-19 en Ciudad de México.

Este negocio en ningún momento dejo de funcionar, pues nadie se los solicitó; no obstante, como las anteriores vieron afectados sus ingresos.

Miguel, uno de los barberos de este local, dice que desde que supieron de la pandemia, y de que era necesario protegerse, laboraron con cubrebocas y usando gel antibacterial.

Todos coinciden en que la clientela bajo hasta 80 por ciento, y en el aumento de la delincuencia. “Y además de que muchos no vienen porque siguen en sus casas, otros lo hacen porque sino tienen para comer menos para arreglarse”, concluye Fabiola.