El deporte que más se asemeja a la mentalidad de los estadounidenses es el futbol americano. En su avance por yardas, hasta llegar a la meta, se describe la historia de un país que se fundó bajo la premisa de un llamado, de una misión religiosa.
Los peregrinos que construyeron las primeras colonias así lo vieron y actuaron en consecuencia. Más vale que quienes están negociando en Washington y el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador lo tengan presente.
Las fronteras, por ello, no son las de la línea defensiva, sino las del primero y diez. Esta visión de campo, cuando se traduce a la política, da pistas de por qué están tan preocupados por el Suchiate y no en tal medida con el Río Bravo. El problema mayor, en estos momentos, no es Texas, sino Chiapas. Así fue con George Bush, Bill Clinton, Barack Obama y así es con Donald Trump.
Por ello, hay que tener en cuenta estos reflejos, ya que permiten anticiparse a lo que puede ocurrir y sobre todo cuando de lo que se trata es de asuntos de la seguridad nacional de ambos países.
Por ejemplo, las presiones no pararán, hasta que consideren que la frontera sur de México es segura y que su nivel de porosidad descendió a niveles aceptables. Esa será la conclusión de este episodio tan delicado, por lo que puede implicar para la economía para la estabilidad y gobernabilidad.
Llegaremos a un acuerdo migratorio que, por necesidad, será provisional y que no está exento de desafíos, por el costo interno y externo que implicará. Más allá de retórica, vamos a convertirnos en un país receptor de migrantes, con las presiones sociales y económicas que ello conlleva.
Otro aspecto que no debe menospreciarse, es el religioso. La mentalidad protestante parte de la premisa de que los elegidos han sido llamados para una tarea y que ésta debe cumplirse. “América Primero” se sustenta en una mentalidad que cuenta con los resortes para buscar el éxito y para señalar y condenar a los perdedores, los réprobos.
Max Weber escribió sobre el tema y con ello encontró las claves para explicar la diferencia entre la prosperidad del norte y las dificultades del sur, entre el trabajo y la contemplación.
Para nada son ideas sencillas, e inclusive marcaron una época con las guerras de reforma en Europa y que se replicó en otros momentos, entre ellos, los de las guerras mundiales, pero también en acciones en Asia, Medio Oriente y América Latina.
Juan Antonio Ortega y Medina, uno de los historiadores más profundos de América colonial, se ocupó justamente de ese y otros temas, bajo los que podemos encontrar explicaciones a nuestra muchas veces trágica vecindad con los Estados Unidos.
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