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El primer ministro de Francia se reunió el lunes con los partidos de la oposición mientras el presidente Emmanuel Macron buscaba una forma de neutralizar las protestas en todo el país por el alto costo de vida, que llevaron a incidentes de violencia y vandalismo en París durante el fin de semana.
Los antidisturbios se vieron desbordados el sábado cuando los manifestantes sembraban el caos en los mejores barrios de París, quemando decenas de coches, saqueando tiendas y destrozando casas de lujo y cafeterías en los peores disturbios acontecidos en la capital desde 1968.
Este lunes, los manifestantes bloqueaban el acceso a 11 depósitos de combustible pertenecientes a la compañía petrolera Total, y 75 de sus estaciones de servicio se habían quedado sin suministro, dijo un portavoz de la compañía.
El movimiento, cuyos miembros abarcan todo el espectro político, no tiene un liderazgo claro, lo que complica aún más las conversaciones para el Gobierno.
Su demanda principal es la congelación de los nuevos aumentos previstos en el impuesto sobre el combustible -el próximo en enero- y medidas para ayudar a reforzar el poder adquisitivo. Pero también han pedido la dimisión de Macron, y muchos hablan de revolución.
Con información de Reuters
Imagen: Twitter