El pasado sábado, la mayoría de Morena en la Cámara de Diputados votó en contra de que el panista Xavier Azuara asumiera la presidencia de la Mesa Directiva para el Segundo Año de Ejercicio de la LXIV Legislatura.
Tras argumentar que el diputado del
PAN no alcanzaba la mayoría calificada
que exige la ley, por lo que la Junta de Coordinación Política decidió mantener en la presidencia de la Cámara a Porfirio Muñoz Ledo.
Morena tomó una decisión autoritaria al mantener un cargo que
ya no le correspondía, ya que la Ley Orgánica del Congreso establece que “para el segundo y tercer año del ejercicio de la Legislatura, la presidencia de la Cámara recaerá en los dos grupos parlamentarios con el mayor número de diputados que no la hayan ejercido”.
Lo anterior significa que el PAN
tiene el derecho legal de asumir ese espacio, pero no fue así ya que el partido oficial incumplido su palabra, despreciando la voluntad ciudadana de quienes votaron por Acción Nacional en las elecciones de 2018.
Morena es un gobierno que usa
sus mayorías parlamentarias para aplastar a la oposición y repetir conductas antidemocráticas del pasado.
Posteriormente, vimos a la bancada de Morena y muy en especial a la
diputada Dolores Padierna intentar modificar la Ley Orgánica del Congreso General, con la intención de que el partido en el gobierno pudiera presidir la Mesa Directiva durante los 3 años.
A tan solo un año de la llegada del
gobierno de López Obrador, en México hemos visto con preocupación y cada vez de manera más frecuente, actos ilegales que nos llevan al debilitamiento de las instituciones y de nuestra democracia.
Afortunadamente el pasado 3 de
septiembre, en un acto inesperado Porfirio Muñoz Ledo anunció desde el Pleno que dejaba la presidencia de
la Mesa Directiva para no ahondar la crisis política.
Posteriormente escuchamos al
presidente Andrés Manuel López Obrador abordar el tema, manifestar que no estaba de acuerdo con lo que estaba sucediendo en el Congreso y a partir de ese momento vemos como se acata la orden del presidente y como da un giro total el tema, y se reconoce al PAN el derecho de presidir la mesa, y es cuando se vota el nombramiento de la diputada Laura Rojas.
Con lo anterior podemos observar
por un lado, cómo hoy en México el poder se concentra en un personaje, el Presidente, quién dicta la política en nuestro país e invade la esfera de los otros poderes; y por otro lado, también observamos que el poder corrompe a las personas, como el caso de Morena que en el pasado defendía la pluralidad partidista, y hoy que es el partido en el poder, quiere a toda costa limitar la participación de la oposición, para concentrar aún más su poder, olvidándose de sus discursos de pluralidad, e inclusión.
•Especialista en Derecho Constitucional
y Penal