Medir fuerzas

Columnas viernes 29 de noviembre de 2019 -

A la misma hora, muy cerca una de la otra, este domingo las dos caras de la moneda se verán al mismo tiempo cuando, por un lado, los seguidores del presidente Andrés Manuel López Obrador arriben al Zócalo de la ciudad para festejarlo por su primer año de gobierno; por el otro lado, ciudadanos libres marcharán del Ángel de la Independencia al Monumento a la Revolución en protesta por las políticas gubernamentales que lastiman a nuestro país. ¿la autoridad estará midiendo los riesgos de ambas expresiones?

Invocando a uno de los compositores populares más exitosos de nuestro siglo, Juan Gabriel, no está por más decir “pero que necesidad”, medir fuerzas cuando México se encuentra más polarizado que nunca, la división entre los mexicanos, el resentimiento y el odio está latente, los buenos y los malos, los patriotas y los traidores, los chairos y los fifís siguen dominando la escena política y social.

Ambas expresiones tienen sus propias razones y justificaciones para tomar las calles de esta lastimada ciudad, unos, los que apoyan al primer mandatario, lo hacen para defenderlo por las críticas de quienes no piensan ni sienten igual a los que marcharan en protesta por la inseguridad, el desempleo, la estabilización de la economía y hasta por la presencia de Evo Morales, expresidente de Bolivia exiliado en nuestro país.

¿Qué pasará si, como ha sucedido en los últimos eventos, se infiltran anarquistas para desestabilizar ambos eventos? ¿Ya nuestras autoridades reflexionaron sobre esa posibilidad que es más que real?

¿No era más prudente que el gobierno federal festejara su primer año de administración a otra hora del día? Insisto: la violencia no solo criminal está desatada, también la violencia social se encuentra en sus mayores niveles, prueba de ello es el reprochable comportamiento de los internautas que usaron las redes para linchar mediáticamente a la familia LeBarón por pedir al gobierno de Estados Unidos defina a los cárteles de la droga mexicanos como terroristas.

La falta de sensibilidad en esas personas que exigieron al gobierno mexicano la expulsión de los LeBarón es preocupante, demuestra que el fanatismo es más fuerte que el sentimiento de solidaridad y misericordia ante la tragedia que vivió esta familia cuando el crimen organizado les asesinó a sus hijas, esposas y nietos.

Durante años. Veinte para ser exactos, muchos de nosotros, me incluyó, tomamos las calles para expresar nuestra inconformidad ante las acciones de gobiernos emanados del PRI y PAN que generaron el infierno de inseguridad en el que estamos inmersos; hoy que gobierna Morena ¿no tenemos derecho?

Estamos ante una situación que se antoja complicada, riesgosa, el odio entre mexicanos está subiendo de tono y eso puede desencadenar verdaderas guerras en las redes sociales que también podrían repercutir en las calles. Ojalá impere la razón, la tolerancia, la justicia y se corrija el divisionismo entre los mexicanos.