México Bizarro II ya es el número uno de ventas en librerías

En una segunda entrega de México Bizarro, el historiador, Alejandro Rosas, y el periodista, Julio Patán, combinan sus conocimientos y talentos para retratar al país más surrealista del mundo, en el que lo mismo puede ocurrir que un político se crea la reencarnación de Quetzalcóatl o que un panda se convierta en tema de relevancia nacional.

El libro, que a escasos días de su llegada a tiendas nacionales, se convirtió en el número uno de ventas —según un listado de El Péndulo, publicado ayer—, teje en breves anécdotas el devenir político, cultural y social de un México, que por más inverosímil que sea, resiste.

A través de 91 microrrelatos, los escritores exponen el humor con el que el mexicano pretende salvarse del infortunio, porque es su manera más extraordinaria de florecer ante el dramatismo.

En entrevista a ContraRéplica, los autores de México Bizarro II “deconstruyen” el mosaico de contradicciones y colores que es México, con sus políticos "renovados", pero educados a la vieja usanza; sus extravagantes platillos culinarios, aderezados de carne de manatí o humana; sus vergüenzas mundiales (porque el mexicano siempre tiene que figurar, así sea en un torneo deportivo o el mismísimo Titanic) y ¿por qué no? sus decepciones futboleras y su delirio televisivo, en el que la tragedia personal y estética de Luis Miguel El Sol, se vuelve la propia.

“En 1981 la noticia de que el primer panda, nacido en cautiverio fuera de China, estaba en México se convirtió en tema nacional. El Presidente, los medios, la población, todos deliraban por la cría. Se abrió un concurso para elegir su nombre.

El ganador fue un niño tarahumara llamado Parménides, al que el propio Jacobo Zabludovsky premió con un automóvil y se le prometió una beca para estudiar, que nunca llegó. Desde entonces México ha cambiado, pero hay algo en lo que seguimos siendo muy iguales, y eso es que siempre nos volcamos con profundidad en ciertas causas, como la teleserie de Luis Miguel. Debatimos como problema propio si Luisito Rey era el villano o no de la historia. Hasta el propio expresidente lo comentó. Esas son cosas que sólo pasan aquí”, aseguró Rosas.

En ese sentido el coautor del texto, Julio Patán explicó que el devenir político ha sido una parte de fundamental en cómo el mexicano enfrenta y explica su realidad, características que hacen de esta nación algo especialmente bizarro.

“Yo creo que lo bizarro es un fenómeno universal. Podríamos hacer un EU bizarro con Trump hay bastante material; o con Cuba, cuando Fidel Castro quería criar vacas en pleno barrio de El Vedado, así de delirante, pero México tiene un bizarro muy especial en el que hay varios factores en juego, y uno de esos ha sido el juego político. No hemos sido una dictadura en el sentido en el que lo fue Chile o Argentina, pero tampoco tenemos una democracia plena. Hay un estado intermedio. A eso hay que añadir que somos un país grande y complejo con una cultura mediática muy variada, para bien o para mal”, expresó el conductor de Hora 21.

EL HUMOR COMO RESPIRO Y LO BIZARRO COMO ABSURDO

Para Alejandro Rosas el sentido del humor, entendido como la capacidad de reírse de sí mismos, es la pieza que permite a los mexicanos sobrellevar sus realidades más adversas.

“El humor es fundamental para las sociedades y siempre ha acompañado la crítica al poder. En cuanto perdamos la capacidad de reírnos del poder y de quienes lo detentan, estamos perdidos. El humor es una manera de resistencia, de crítica y de reflexión. Vivimos una situación políticamente adversa, en un país en el que los desaparecidos proliferan, pero nos siguen llamando la atención las teleseries.

Somos una sociedad que necesita un oasis, un respiro para no pensar en que hay muertos. Este libro intenta reflejar eso, las historias están cargadas de humor pero te deja una reflexión.

“México Bizarro es que Napito, el cacique de los mineros, aunque lo exonerarán, dirigiera un sindicato desde Canadá y que terminara vistiendo Louis Vuitton. Es el ícono del líder sindical “charro” que se vende, y enriquece pero hace propaganda para el nuevo Presidente”, dijo.

Al respecto Patán expresó que bizarro en México es lo inverosímil, la ironía autoinducida que nos aplicamos comúnmente para olvidar ese país de los muertos, la corrupción y la impunidad.