¿ Pues no que la política interior sería el ejemplo para que nos respetaran en Estados Unidos? No hay argumento sólido para justificar la actuación que tuvieron policías del Instituto Nacional de Migración (INM) durante la detención de hombres, mujeres y, sobre todo, de niños durante su arresto: fueron lastimados física y emocionalmente y ese no fue el compromiso que asumieron la titular de la Segob, Olga Sánchez Cordero y su subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas. ¡Qué pena!
Después de ver estas escenas no hay duda de que las autoridades mexicanas le están haciendo el trabajo sucio al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que en repetidas ocasiones les ha ordenado, literalmente, que detengan a los migrantes para que no lleguen a su territorio. Ahora hasta acusa a los soldados mexicanos de proteger a bandas de narcotraficantes.
No es culpa de los centroamericanos lo que está sucediendo en nuestro país, es responsabilidad del Gobierno federal porque públicamente le han ofrecido casa y empleo a los que quieran quedarse en México, a fin de evitarle a Donald Trump malos momentos, corajes, berrinches, úlceras y todo lo que pudiera ponerlo de malas. El problema es que ni siendo sus guardianes lo tienen contento.
Los mexicanos estamos francamente decepcionados del papel de sumisión que ha asumido el Gobierno federal ante el mandatario estadounidense: A través de ellos, de nuestras autoridades, Trump pisa la dignidad de todos nosotros.
¿Cuándo va a entender el Jefe del Ejecutivo federal que no le estamos pidiendo una guerra con Estados Unidos, lo que queremos y merecemos es que nos represente con valor y dignidad; somos vergonzosamente el traspatio del país vecino, obedecen ciegamente las órdenes de Trump con la cabeza baja importándoles un bledo si para tenerlo contento lastiman los derechos humanos de las personas.
La frase de “no nos vamos a pelear con Trump” se ha convertido en menos de seis meses de la administración lópezobradorista en un mantra que empieza a cansar a los mexicanos; prometió en campaña defendernos de las agresiones verbales del señor que despacha en la Casa Blanca y ha hecho todo lo contario, cada día nos pone de rodillas ante el visceral Trump.
¿Qué vergüenza que el mundo sea testigo del miedo que el Gobierno mexicano le tiene a Donald Trump?
¿Qué pena que los organismos defensores de los derechos humanos a nivel nacional e internacional atestigüen la manera tan vil como tratamos a las personas que por necesidad llegan a nuestro país en busca de adentrarse a Estados Unidos?
Realmente me dejan sin argumentos para no sentirme mal ante tanto servilismo del Gobierno mexicano hacia Donald Trump, quien con sólo un tronar de dedos pone a temblar a las autoridades porque saben que es el único que podría descarrilar el tren en el que viaja la cuarta transformación.
•Egresada de la escuela de PCSG. Exdiputada
constituyente. Defensora de los animales y
fundadora de "Ángeles Abandonados".