El rezago educativo, la falta de acceso a servicios de salud, la inseguridad, los salarios bajos, la escasez de oportunidades laborales y la migración son el reflejo de la situación económica que enfrenta el país.
A un mes de concluir 2019, el crecimiento económico de 2 por ciento que se había proyectado para este año será imposible lograrlo. Recientemente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía dio a conocer el aumento de 0.1 por ciento del Producto Interno Bruto correspondiente al trimestre julio-septiembre, no olvidemos que el trimestre pasado la misma institución reportó 0.0 por ciento de crecimiento. Ante estos datos, organismos internacionales estiman que la economía mexicana cerrará con un crecimiento anual de apenas 0.2 por ciento.
Aunque es sabido que la estabilidad económica de México depende en gran medida de lo que sucede en otras economías, de acuerdo a expertos la situación actual se debe a: que el gobierno no ha logrado proyectar una confianza hacia el exterior, que la inversión en proyectos de infraestructura ha sido frenada, y a un claro subejercicio del presupuesto federal.
Pero ¿cómo impactan estos números en el sentir ciudadano?
Cifras oficiales señalan que el 3.6 por ciento de mexicanos carece de una fuente de trabajo de los 57.3 millones que representa la Población Económicamente Activa, de este total más de la mitad trabaja en la informalidad, es decir, no cuenta con un contrato ni con las prestaciones de ley (seguridad social, aguinaldo, utilidades). Lo inadmisible es que 7.5 millones son empleados de gobierno bajo el concepto de outsourcing.
Así mismo, en este año se tiene el mayor registro de retiros parciales de la AFORE por desempleo, lo que traerá como consecuencias a futuro que el trabajador reembolse el recurso recibido o que su tiempo de jubilación se prolongue.
El panorama en general es desalentador y si hablamos de sectores, los jóvenes son los más vulnerables, pues si bien es la generación con mayor preparación académica, la falta de oportunidades y salarios precarios los ha trastocado.
A diferencia de lo que piensa el presidente López Obrador, es claro que el crecimiento económico importa. Todos sabemos que la iniciativa privada es la principal generadora de empleos, y para ello es importante impulsar la inversión económica, dudo que con programas sociales asistencialistas esto se logre. Es evidente que necesitamos “una sacudida” para construir el país al que aspiramos.