Hoy como nunca, el país se encuentra polarizado luego del operativo para capturar a Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán Loera, y este hecho marcará un antes y un después en nuestra sociedad y Gobierno.
Las encuestas dadas a conocer en los últimos días, refieren que no hay mucha diferencia en puntos
porcentuales entre quienes apoyan la decisión del Gobierno federal de liberar al Chapito, a cambio de que no hubiera víctimas colaterales en Culiacán, contra las que descalifican haber cedido a los chantajes de los delincuentes.
Ese jueves negro, 24 de septiembre, es en verdad una
pérdida para todos: la de la confianza de los empresarios externos, la imagen del país, la credibilidad en la fuerza del Estado, y la esperanza de enderezar el barco que se ha ido hundiendo por años de corrupción.
Las acciones de la delincuencia organizada, con armas
de mayor poderío que las que tiene nuestro Ejército, y el enfrentar abiertamente al Gobierno, nos dejó en claro que ha ganado una fuerza inconmensurable, que es otra pérdida a nuestra sociedad.
Ahora es posible creerlo todo de ellos, que el narcotráfico
ha permeado a gran escala, y que será muy difícil combatirlo si no hay unificación del pueblo mexicano, porque más allá de todas las dudas que a la fecha prevalecen respecto al operativo en Culiacán, es urgente repensarnos como mexicanos.
Para nadie es secreto que los jóvenes y jovencitas de varias entidades ven como una buena opción el enfilarse al
narcotráfico, el obtener un mejor sueldo que como obrero, campesino o incluso empleado si es que cuentan con esa posibilidad.
Hemos de reconocer que la narcoviolencia, los narcogustos, y la narcovida han sido ensalzados desde hace años, y
consumidos en series de televisión, música, videos y cine, sin reparo alguno. No obstante, lo sucedido ese jueves negro superó todo guion, y seguramente habrá muchas situaciones que de conocerlas, no las creeríamos.
Por eso, es que, es momento no sólo de criticar las acciones del Gobierno, porque es nuestro derecho hacerlo, como
gobernados que les pagan un sueldo por protegernos y administrar nuestros dineros, sino también de hacer una reflexión de hasta dónde hemos permitido que caigan nuestros valores como sociedad.
TEPITO NARCO
El operativo realizado la noche del lunes en Tepito, donde se
descubrió una vecindad con narcotúneles, viene a confirmar lo que ya se sabía desde hace años, pero sólo como un rumor: que varias viviendas allí están comunicadas con pasadizos por donde se mueven fuertes cantidades de droga.
Pero al igual que Culiacán, el barrio bravo también ha
sido un foco rojo desde siempre, donde las acciones de gobierno no tienen seguimiento ni durabilidad, pero sí tintes de corrupción. Prueba de ello son los cientos de puestos asentados en pleno arroyo vehicular del Eje 1 Norte, donde ya los camiones ni circulan por el carril de contraflujo al estar ocupado por los comerciantes que pagan hasta tres mil pesos al mes. Échele cuentas.
•Periodista
Exservidora pública con conocimientos en Ciudad, temas
de Seguridad, Electoral, Transparencia, Protección de
Datos Personales y Derechos Humanos