CIENCIA
Los microplásticos, los cuales se encuentran en los océanos, animales y el agua que bebemos, prevalecen en la lluvia y en la nieve desde los Alpes hasta el Ártico, viajando en el aire y contaminando incluso partes del planeta que se creían libres de polución, afirmaron especialistas.
El medio ambiente adolece el desecho de millones de toneladas de plástico que se descomponen en mínimas partículas y fibras que, con menos de cinco milímetros, no se biodegradan, los conocidos microplásticos, que están dañando todos los rincones de la Tierra.
Especialistas del Servicio Geológico de Estados Unidos realizaron un análisis de agua de lluvia en las Montañas Rocosas, en el estado de Colorado, y encontraron micropartículas de plástico multicolor en un 90 por ciento de las muestras que recolectaron tanto de asentamientos humanos como de lugares remotos.
Indicaron que el descubrimiento de fibras y fragmentos multicolores fue accidental, ya que esperaban ver principalmente tierra y partículas minerales, aunque no deja de ser un hecho preocupante que demuestra que la contaminación microplástica se encuentra más allá de las áreas urbanas, “está en la lluvia, está en la nieve”.
Al respecto, expertos del Instituto Alfred Wegener de Alemania dieron a conocer la detección de microplásticos en la nieve del Ártico y sugirieron que se desplazan por el aire y se diseminan a través de la lluvia y la nieve.
Sin tener claridad sobre su procedencia, consideran que los microplásticos son empujados por el viento y luego transportados por medio de la atmósfera, de la cual salen a través de las precipitaciones y con la nieve.
Con información de Agencias
Imagen: Especial