Nadal conquista París con dieta de dátiles y menos peso en rodillas

Considerado como el Rey de la Arcilla, el tenista español, Rafael Nadal, domina en la gran final del Roland Garros 2019 al austriaco, Dominic Thiem, a quien derrotó con parciales de 6-3, 5-7, 6-1 y 6-1, lo que significó su doceavo título del Abierto de París y el número 18 en Grand Slams, un logro que se da a raíz del mantenimiento que le ha dado a su cuerpo desde hace más de tres años, pues las lesiones en sus desgastadas rodillas que lo han llevado a ganar 18 Grand Slams, y estar a dos del líder Federer, debían ser atendidas de alguna manera.

▶ Ante esta situación, su médico personal, Ángel Ruiz Cotorro, detectó que la parte inferior de su cuerpo, es decir de la cintura para abajo, debía tener mayor agilidad, pues las rodillas recibían exceso de presión, de ahí las lesiones, es por eso que Nadal se sometió a una estricta dieta a base de arroz, verduras, pescado y mariscos.

Pero otras de las claves de su potencia a la hora del juego y que se vio reflejada en la segunda final consecutiva que disputó contra Thiem, con carácter de Grand Slam, es que con dos kilos menos, ha sustituido el consumo de las famosas barritas energéticas, por la ingesta de dátiles, frutos secos que le proporcionan niveles equilibrados de energía a lo largo de todo el partido y que presentan un efecto inmediato.

A sus 33 años de edad, el español continúa mostrando a los “sucesores” del deporte blanco que la experiencia aún sobresale por encima de la resistencia, pues luego de tres horas con un minuto, Nadal cerró la pinza para elevar su dominio sobre el polvo de ladrillo, en el que no existe tenista sobre la faz de la tierra que pueda tirarlo de la cima. Nadal reclamó lo que es suyo ante el joven austriaco, quien buscaba derrocarlo al dejar en el camino al número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic.

Esperanzado, de esa manera llegaba a la arcilla, el austriaco Domic Thiem, un terreno que lleva la firma de Nadal desde hace años. El primer set fue para el Rey de Roland Garros, con un imponente 6-3 dejó claro a su joven rival de 25 años, que las horas próximas no serían nada fácil. Thiem sabía que no podía bajar los brazos; más aguerrido, decidió darle más pelea al número dos del mundo.

El austriaco reaccionó, motivado tal vez por la presencia del segundo mejor tenista del planeta, según la ATP, por lo que alcanzó a ganar el segundo parcial entregando más energía que inteligencia, pues más allá de haber conquistado el segundo asalto por 7-5, en los otros dos, Rafael Nadal se paraba en la arcilla como un pez en el agua, veloz y cómodo.

El originario de Mallorca, no iba a permitir que alguien se llevara el título; agresivo con la pelota, su juego era lo que lo ponía en la élite del tenis y ganó de manera contundente, pues después de la valiente participación del joven austriaco, este parecía cansado.

Finalmente, los dos últimos sets se inclinaron para el español, repitiendo la dosis, 6-1 y 6-1, con lo que levantó los brazos en todo lo alto, una vieja costumbre que data del año 2005, cuando ganó su primer Abierto de París ante el argentino Mariano Puerta y un año más tarde, en el que superó al suizo Roger Federer.