¿ Un embajador sin experiencia para la relación diplomática, comercial y geopolítica más importante de Estados Unidos? Esa es la primera pregunta que me vino a la mente al saber que Christopher Landau será el próximo representante del país de las barras y las estrellas en México.
Es un abogado muy exitoso, miembro de una de las firmas de mayor prestigio y éxito en Washington (Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan) especializado en apelaciones, conservador y egresado muy bien calificado y galardonado de Harvard.
Nació y vivió en España, concretamente en Madrid, cuando su padre, un oficial de carrera del Servicio Exterior de Estados Unidos, fue enviado a esa representación en Europa. Posteriormente, vivió en Canadá, Paraguay, Chile y Venezuela durante las subsiguientes areas de su padre en el extranjero. Es bilingüe, inglés-español.
La Embajada de Estados Unidos en México solicitó recientemente a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) el beneplácito para Christopher Landau, quien sería el primer representante del Gobierno de Donald Trump ya que la Embajadora Roberta Jacobson, quien dejó el puesto en mayo pasado, fue nombrada por Barack Obama. Se espera que esta semana concluya el trámite.
El nombramiento fue una sorpresa, no se esperaba un embajador sin experiencia, poco o nada sabe de diplomacia, comercio internacional, migración, narcotráfico, en fin, veremos cuál es el costo, sobre todo teniendo como presidentes a dos hombres tan protagonicos como: Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador. Aquí un dato de que lo que tendrá por manejar: el comercio entre estos dos países alcanzó la cifra de 616 mil millones de dólares el año pasado.
En un artículo de The New York Times, Roberta Jacobson escribió: “la desconexión entre el Departamento de Estado y la Casa Blanca hace difícil el trabajo en cualquier embajada de Estados Unidos en el mundo. Nuestros aliados están enfurecidos, desconcertados…”
Lo publicado por Jacobson cobra una relevancia particular ante el arribo de Christopher Landau… ”No estoy segura de si luego de dos años de gobierno, el presidente estadunidense comprenda que necesita a Canadá y México como aliados, si pretende abordar algunos de los problemas internos más complicados de nuestro país…”
No podemos olvidar que durante el gobierno de George W. Bush, el también abogado Tony Garza, fue quien ocupó la embajada estadunidense en México. Llegó sin saber nada y, para muchos en ambos lados de la frontera, se fue sin haber hecho nada en los casi siete años de su gestión.
La relación actual entre los Estados Unidos y México es muy diferente a la de 2002. Trump no es Obama y López Obrador no es Fox y, claro esperamos que Christopher Landau, no sea un Tony Garza.