No luchamos por construir una dictadura, indica AMLO

Al conmemorar el primer aniversario de su triunfo electoral, el Presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que “no luchamos para construir una dictadura; luchamos para construir una verdadera democracia. Estamos a favor del diálogo, la tolerancia, la diversidad y el respeto a los derechos humanos”.

En el Zócalo capitalino aseguró que “este proceso no tiene retorno. Ni un paso atrás; nada de titubeos ni medias tintas. Este mismo año quedarán construidas las bases de la transformación política del país”.

Subrayó que “el amor a México está por encima de cualquier facción, partido, interés personal o de grupo, por legítimo que sea”, y resaltó que ello quedó demostrado hace poco, “cuando muchos mexicanos de todas las clases sociales y de todos los sectores económicos cerraron filas ante la amenaza externa de afectar la convivencia, el bienestar y la economía del pueblo y de nuestra nación.

Acompañado en el enorme templete sólo por su esposa, Beatriz Gutiérrez; la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el presidente del Congreso, Porfirio Muñoz Ledo, el jefe del Ejecutivo dijo que mientras más rápido se realice la transformación, “más tiempo tendremos para consolidar y convertir a la democracia en hábito y en forma de Gobierno”.

▶ En este sentido, llamó a trabajar de prisa “porque, si desgraciadamente regresaran al poder los facciosos y los corruptos, ni siquiera en esas circunstancias podrían dar marcha atrás a lo logrado.

Por eso vamos a apurarnos a establecer las bases de la transformación”, insistió.

Admitió que entre los rezagos se encuentra mejorar el sistema de salud; hacer crecer más la economía, “y todavía semantienen los mismos niveles de violencia que heredamos del antiguo régimen”.

Sin embargo, resaltó que se han cumplido 78 de los 100 compromisos que hizo ahí mismo, en el Zócalo de la Ciudad de México hace siete meses: “Posiblemente nunca al comienzo de un Gobierno se haya hecho tanto en tan poco tiempo”, señaló.

En un discurso de casi hora y media de duración, López Obrador se dijo convencido en que “México se convertirá en una potencia económica, con gran sentido social”, debido a sus abundantes recursos y la vocación de trabajo de sus habitantes.

Reconoció que, “aunque poco, la economía está creciendo; no hay recesión. Además, ahora, es menos injusta la distribución del ingreso, hay más desarrollo y más bienestar”, aseguró.

Ofreció “cumplir a cabalidad el criterio de atender y respetar a todos los mexicanos, pero se dará preferencia a los humildes, a los más necesitados, porque por el bien de todos, primero los pobres”.

Informó que este año se terminará el Tren Ligero de Guadalajara y se continúa construyendo, se va a terminar, el Tren Toluca-Ciudad de México, además de que a finales de este mes inicia la licitación para la construcción del Tren Maya.

Finalmente, dijo que se canceló la construcción del Aeropuerto de Texcoco por razones técnicas, económicas, ambientales y por falta de transparencia, y subrayó que este mes comenzarán las obras del Aeropuerto de Santa Lucía, que se ha demorado, dijo, “por las lluvias de amparos de nuestros adversarios, y no queremos darles ningún pretexto para que continúen con esas campañas de sabotaje legal”.

Enfatizó que en su Gobierno “no se tolera ni ninguna otra violación a los derechos humanos”, y aseguró que se dedica tiempo y recursos a la búsqueda de desaparecidos por la violencia, por lo que “no descansaremos hasta saber el paradero de los jóvenes de Ayotzinapa”.

Dijo que “ni el Ejército ni la Marina se han utilizado ni se utilizarán para reprimir al pueblo. Se terminó la guerra de exterminio contra la llamada delincuencia organizada. Ya no se permiten razias, ni masacres, ni la desaparición de personas”, garantizó.