POR SOFÍA MENCHÚ Y LIZBETH DÍAZ/REUTERS
Guatemala analiza con Estados Unidos las opciones para contener los flujos migratorios desde Centroamérica, pero descartó que haya decidido convertirse en un “tercer país seguro”, pese al anuncio del presidente Donald Trump de que pronto llegarían a este acuerdo, aseguró ayer un funcionario de alto rango.
“No hemos dicho que aceptamos ser un tercer país seguro (...) estamos en la discusión para encontrar una medida que sea favorable para ambos países”, dijo a periodistas el ministro de Gobernación de Guatemala, Enrique Degenhart, al calificar de positivo que Estados Unidos los vea como un país seguro.
Ser un “tercer país seguro” supone que las personas que solicitan asilo en un país puedan recibir la misma protección que buscaban en su primer destino. México hasta ahora ha rechazado convertirse en uno pese a la presión de Washington, aunque miles de migrantes esperan en la frontera norte.
El mandatario estadounidense reiteró el lunes por la noche sus amenazas de expulsar a millones de inmigrantes indocumentados de su país y recortó en 30 por ciento los fondos de asistencia a los países de Triángulo Norte -El Salvador, Guatemala y Honduras- por no controlar la salida de sus ciudadanos rumbo al norte.
“La próxima el ICE comenzará el proceso de remover a los millones de extranjeros que entraron de forma ilegal a Estados Unidos”, escribió Trump en Twitter, refiriéndose al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas. “Ellos serán sacados tan rápido como entraron”, agregó sin entregar detalles.
Sin embargo a finales de enero, México recibió al primer migrante centroamericano por “razones humanitarias” dentro del programa Protocolos de Protección al Migrante (MPP, por sus siglas en inglés) para esperar una respuesta a su solicitud de asilo en Estados Unidos.
Hasta el lunes habían sido retornados al país más de 13 mil centroamericanos bajo este esquema dijo a Reuters una fuente del Instituto Nacional de Migración (INM).
Degenhart dijo que Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador cuentan con el acuerdo migratorio CA-4 que permite el libre tránsito de personas desde 2006 en sus territorios, pero que este ha sido aprovechado por grupos delictivos para la movilización de caravanas masivas.
Las negociaciones con Guatemala ocurren luego que México acordó con Estados Unidos reforzar el control migratorio en el sur del país como seis mil agentes, ampliar el programa MPP, entre otras cosas.