#NoMeCuidanMeViolan: protesta justificada y provocación

Definitivamente a ese movimiento no y mucho menos a la causa que lo originó. Tampoco al Gobierno de la Ciudad de México ni a los habitantes o a quienes estudian o trabajan en ésta.

Es legítimo el enojo de las mujeres ante las atrocidades cometidas contra éstas, sobre todo por los hechos recientes de violación, secuestro y asesinato, además del acoso y los robos en calles y el transporte público de manera cotidiana.

El detonante de las recientes marchas fue la presunta violación tumultuaria contra una joven a manos de policías y la exigencia del esclarecimiento y castigo de los feminicidios perpetrados en la Ciudad de México.

La investigación sobre la presunta violación de una joven ocurrida en Azcapotzalco está en proceso y tal caso cobró relevancia tras la filtración del expediente en la Procuraduría. Colectivos de mujeres crearon la etiqueta #NoMeCuidanMeViolan que tuvo como blanco a la policía. Otro hecho tensó más la situación: la agresión sexual de una menor por un oficial en un museo.

El problema se hizo crisis por la falta de coordinación entre la policía, la jefatura de Gobierno y la Procuraduría respecto a la situación jurídica de los efectivos policiacos involucrados en el primer caso. Hubo versiones contradictorias sobre si estaban suspendidos, si ya habían sido imputados, si regresaban al trabajo. Videos difundidos por la televisión sumaron al malestar. Imágenes de cámaras de vigilancia pusieron en duda la acusación contra los uniformados.

Es previsible que escalen las protestas debido a qu continúan hechos que violentan a la sociedad en su conjunto, y en particular a las mujeres, y esto a su vez generará las condiciones para que grupos radicales busquen apropiarse de la lucha contra la violencia de género y poner en duda la gobernabilidad de las administraciones capitalina y federal, hoy en manos del movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

Vale resaltar que el viernes la agresión a periodistas y a otros ciudadanos evidenció, como lo había advertido la propia Jefa de Gobierno, la presencia de integrantes de algunos grupos ligados al perredismo que violentaron al menos dos de sus actos de campaña en Coyoacán.

En lo político funcionó la estrategia de Claudia Sheinbaum de no intervenir, de no ejercer su legítimo derecho al uso de la fuerza pública para resguardar el patrimonio de la Ciudad. Ya con las evidencias sólo resta aplicar la ley, pero también y, sobre todo, hacer justicia en los casos de violencia contra las mujeres.

Sin embargo, con el riesgo de incurrir en lo políticamente incorrecto, no se puede dejar de cuestionar las imágenes de los grupos fuera de sí dañando y destruyendo, irracionales, instalaciones y patrimonio que son de todos los mexicanos.