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Nuestro reflejo como humanos

Nuestro reflejo como humanos

Suplemento viernes 08 de marzo de 2019 -

Una exposición de fotografías de Graciela Iturbide va desde los años sesenta hasta la actualidad, y lo mismo da cuenta de remotos poblados de nuestro país que de otros como Alemania, Francia, Estados Unidos, por mencionar algunos. Con este recorrido visual, Iturbide da cuenta de esa parte humana en la que cualquiera puede encontrarse.



Abida Ventura



Graciela Iturbide ha sido una viajera incansable. Para ella —lo ha dicho constantemente— la fotografía ha sido un pretexto para conocer., Cconocer la vida., México., Ssu diversidad; otros países, otras culturas. Y en su andar por esos caminos, en su encuentro con múltiples personajes y circunstancias, se ha dejado llevar por dos factores azarosos: la suerte y la sorpresa. Sin guiones previamente concebidos. Aún así, ha logrado crear un inmenso corpus fotográfico en el que esos mundos, rostros, escenas de la vida, se encuentran y se reconocen.


Los cuerpos desnudos de mujeres en Bombay, por ejemplo, se encuentran con las curvas de una oaxaqueña o la de una chicana en Los Ángeles; los torsos semidesnudos de jóvenes durante una lucha ritual en Benarés confrontan a los de artesanos trabajando el barro en Oaxaca. El rostro sereno y afable de una anciana en Juchitán converge con la mirada rígida de una sseri en el desierto sonorense, con la sonrisa franca de una juchiteca que descansa a la sombra de un árbol bebiéndose una cerveza, con el rostro semidescubierto, cabizbajo, de una joven en DhakaDaca, Bangladésesh; el retrato de una señora en pleno ajetreo de la Matanza de cabras en la Mixteca coexiste con la de una mujer caminando en bata de dormir en una calle de Hungría. La felicidad de unos niños jugando en las arenas de Veracruz o del desierto de Sonora es equiparable a la que transmiten unos colegiales trepando paredes en Tokio; la curiosidad de una niña en Mozambique que posa con una pluma de ave coincide con la de otra que, con una sonrisa plena, toca el cuerpo desollado de un chivo en la sierra mixe.


Son estas convergencias las que Juan Rafael Coronel Rivera, curador de la exposición Graciela Iturbide: Cuando habla la luz, que actualmente se exhibe en el Palacio de Cultura Citibanamex – Palacio de Iturbide, considera que le han dado un carácter universal a la obra de esta fotógrafa mexicana. “Lo que es muy interesante de Graciela es la cantidad de admiradores que tiene; eso es algo que muy pocos creadores obtienen. Su foto gusta mucho porque son imágenes en las que todo el mundo se identifica, no sólo el público mexicano, todos. Y eso, creo, se deriva del hecho de que sus intereses visuales se los va apropiando, los ha ido enriqueciendo, en los distintos países a los que viaja”, dice en entrevista.


Para esta muestra, organizada por Fomento Cultural Banamex, A. C., el curador, crítico e historiador del arte quiso plantear precisamente esos paralelos simbólicos, las obsesiones que han seguido a Iturbide durante 47 años de carrera. Un trabajo que implicó la revisión de unas 900 imágenes hasta hallar los arquetipos, ejes visuales que se repiten en su vasta obra. El resultado: una exposición inmensa, no lineal, organizada en 20 módulos que sumerge a los visitantes en una experiencia visual única, contemplativa. Autorretratos cargados de simbolismo, escenas de la vida cotidiana, retratos de mujeres, procesiones, rituales y sacrificios de animales, desnudos captados en evidente complicidad, la muerte integrada en la cotidianeidad, expresivos rostros enmascarados, la felicidad plena de los niños, hasta la reinterpretación simbólica de objetos, paisajes urbanos marcados por la actividad humana y el vuelo de los pájaros.


Y ahí, en medio de esas 270 imágenes distribuidas en dos plantas del edificio ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se reproducen en distintos espacios, como resonancias visuales, sus piezas emblemáticas: “Nuestra señora de las iguanas” (1979), “Mujer Ángel” (1979), “Marcha política” (1984), entre otras. Hay además algunas inéditas, como las que retratan el misterioso universo de los circos o las que hacen notable la estética de las piedras, temáticas que explorará ampliamente en proyectos próximos.


A lo largo de esta propuesta museográfica también es visible la evolución de su iconografía: de los retratos y registros de la vida cotidiana, pasando por la poesía del vuelo de los pájaros hasta llegar al universo conceptual de los paisajes urbanos y objetos.


Iturbide, sostiene Coronel Rivera, no sóolo es una de las fotógrafas destacadas del último siglo, sino que está entre los 20 artistas vivos más importantes. Sus piezas, siempre en blanco y negro, son celebradas y admiradas en todo el mundo: “En sus exposiciones, donde se coloquen, Asia, África, Europa, Latinoamérica, siempre habrá un reflejo de nosotros como humanos porque siempre habrán espacios o elementos en los que cualquier persona se reconocerá”.




CUANDO HABLA LA LUZ


¿Dónde está la exposición?


En el Palacio de Cultura Citibanamex ― Palacio de Iturbide, en Madero 17, Centro Histórico, Ciudad de México


¿Hasta cuándo?


Hasta el 21 de abril


¿Cuál es el horario?


Lunes a domingo de 10:00 a 19:00 h


¿Cuánto cuesta el boleto?


La entrada es libre.




NUMERALIA


270 fotografías


20 módulos que comprenden la exposición


5 décadas del trabajo de Iturbide


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IM/CR

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