Ofertan plano de la Catedral que Felipe El Evangelizador ordenó hacer

Realizado con tinta sepia sobre papel, el primer plano realizado para la construcción de la Catedral Metropolitana mide 57x42 centímetros. Fue ordenado por el monarca español Felipe II al eminente arquitecto Claudio de Arcienega. El mandato era claro: "tenía que realizar un edificio monumental y suntuoso", mismo que terminó por vislumbrarse en manos de Juan Miguel de Agüero, quien también había construido la Catedral de Mérida.

Este documento de 450 años de antigüedad que también da testimonio de las aspiraciones ideológicas de España en la nueva colonia, será exhibido el jueves próximo en la sede de Morton (Cerro Mayka 115 esq. Sierra Paracaima, Lomas de Chapultepec), previo a una subasta, que se llebará a cabo el 29 de agosto y en la que se ofertará a un precio de un millón 500 mil pesos, junto a otros documentos de importante relevancia histórica como uno de los primeros mapas impresos en América Latina y un retrato de Charles Darwin, que data de 1882.

Se sabe que la cédula más antigua en la que se ordenó la creación de un de los templos católicos más grandes de la capital data de 1544, y ocho años después la Corona española expidió lasfamosas cédulas de 1551 y 1552.

La primera mencionaba que: “La Corona ha sido informada de la que la iglesia de México es muy pequeña; que algunas veces se ha tratado de edificar una nueva y se ha comenzado a traer piedra, pero no se ha hecho”. La cédula de 1552, de Felipe II, dispuso la forma más precisa para obtener los fondos necesarios y en cumplimiento real de la orden, al arzobispo Adolfo Montúfar inició la obra el 15 de diciembre de 1554. Felipe II pasó a la historia con el neologismo de configurador de la iglesia tal y como se conoció en Hispanoamérica, imprimiéndole una forma definitiva y peculiar además de que abogó por la obligación de la Corona de evangelizar a los pueblos recién descubiertos. El periodo de su reinado fue conocido como la Conquista Espiritual debido a que implantó la fe católica en Latinoamérica.

En el caso de la Nueva España, la enseñanza de la religión fue una necesidad primordial al tener enormes núcleos de población en Mesoamérica con un grado avanzado de desarrollo religioso, así como estados teocráticos y prácticas opuestas a principios religiosos occidentales como el sacrificio humano y la poligamia. Millones de indígenas tenían que ser adoctrinados en el catolicismo por la Monarquía hispánica para tres fines fundamentales: la salvación eterna, el credo católico y la integración inmediata a los usos occidentales.

La Catedral fue un símbolo de poder religioso que las órdenes adquirieron en el virreinato.