El fenómeno de las balas perdidas ha marcado a Iztapalapa. Desde hace al menos 10 años, de estos hechos “sin dolo”, como son calificados por autoridades judiciales, pero que han matado, principalmente a menores o marcados de por vida cómo será el caso de la pequeña de siete años, quien perdió el ojo, después de que la madrugada del sábado un proyectil atravesara el techo de lámina de su casa y se incrustara en ese órgano.
La actual alcaldesa, Clara Brugada, sabe perfectamente de estos casos, desde su administración como jefa delegacional en 2009, los incidentes causados por balas perdidas son incontrolables.
Tanto perredistas como neo-morenistas han tratado de controlar el uso indiscriminado de armas de fuego, sobre todo, en las fiestas patronales y los carnavales de los ocho barrios, donde no se ha podido evitar y frenar que más personas sigan muriendo y resultando gravemente lesionadas.
Después de la tragedia del pequeño Hendrik Cuacuas, quien el 2 de noviembre de 2012 veía una película en el complejo Cinépolis ubicado en calzada Ermita Iztapalapa, con su padre Enrique, se alzaron voces como la de la exdiputada federal, Aleida Alavez Ruiz, para proteger la integridad y la vida de la gente que participa en estas festividades.
“Esta parte de nuestros usos y costumbres debe desaparecer”, pero esa sentencia, solo ha quedado en el discurso, las cosas han cambiado. Y más allá del lugar común, al afirmar que no tiene voluntad política, se piensa, por dos razones: no se va a encender el polvorín frenando festejos, ni tampoco se a poner en contra al electorado de Iztapalapa.
Sumando a este fenómeno, los asesinatos y ejecuciones en la Ciudad de México son cometidos con más violencia y con mayor número de impactos de bala, la mayoría con calibre .9 milímetros, han dicho mandos policiales de la SSC local.
Estas balas perdidas que han matado a Hendrik o recientemente a Aideé Mendoza, estudiante del CCH Oriente el pasado 29 de abril, cuando tomaba una clase de matemáticas, fueron del mismo calibre .9 milímetros.
Este calibre de cartucho es de uso exclusivo de las fuerzas armadas, de cuerpos policiacos, pero también de grupos delictivos que los adquieren por miles en el mercado negro, impulsado por autoridades, responsables de armamento y stands de tiro de corporaciones oficiales.
VENTANAL
De enero a junio de este año, se han concretado 24 extorsiones telefónicas y fraudes a centros comerciales y supermercados, de estas, 16 han sido denunciadas ante el Ministerio Público.
La empresa dedicada a reducir los riesgos operacionales en los comercios, con base en sus registros tiene un repunte en estos ilícitos, ya que en todo 2018 fueron denunciados 20 casos, de los cuales en seis se inició una Carpeta de Investigación.