La Ciudad de México tiene un gobierno fallido, en seis meses que la doctora Claudia Sheinbaum lleva en el cargo, solo ha mostrado incapacidad y falta de sensibilidad para responder a los graves problemas que, indefensos, sufren los millones de citadinos.
La violencia y la inseguridad están desatadas como nunca, la movilidad es un caos, como ejemplo tenemos el Sistema del Metro con más fallas, asaltos y violaciones a sus usuarios; la crisis medioambiental ha puesto en su máximo nivel las alertas, sin que se reaccione con la inteligencia requerida, e implementando, en cambio, mediadas a todas luces improvisadas y absurdas.
Pero como si estos gravísimos problemas fueran irrelevantes, la Jefa de Gobierno, en conjunto con el secretario de Educación, Esteban Moctezuma, dieron a conocer el pasado 3 de junio un programa impulsor de la “neutralidad”, girando instrucciones a todas las escuelas de la ciudad para permitir el uso de faldas en los niños y pantalones en las niñas.
El nefasto y destructivo partido Morena se congratuló de tan grande logro, desenmascarándose, así como el gran impulsor de la Ideología de género que promueve la destrucción de los valores cristianos, morales y busca no el respeto y la tolerancia, sino la imposición tiránica de la agenda pervertidora LGTB.
En rueda de prensa el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se quiso lavar las manos de esta patética iniciativa diciendo: “no me voy a meter en estos temas polémicos”; sin embargo, el secretario de Educación, el otrora católico y defensor de la ética en el Comité de Valores de TV Azteca, Esteban Moctezuma, está bajo su mando directo, por lo que el Presidente no puede evadir su responsabilidad en la implementación del programa envenenado de la ideología de género que busca destruir los valores cristiano, y sumir en una supuesta neutralidad a los niños, despojándolos de su identidad sexual como hombre o mujer, negando toda racionalidad y la misma corporeidad biológica que genéticamente determina las diferencias.
Si en las escuelas se busca que el aprendizaje tenga una base científica, la ideología de género es lo más contrario a ello, es una pensamiento irracional y anticientífico con características propias de las ideologías totalitarias que tanto daño hicieron en el siglo pasado a la humanidad.
No se entiende cómo, el Presidente que propone una renovación moral de la sociedad, promueva la destrucción de los valores familiares, permita que lo engañen sus subalternos argumentando una falsa tolerancia que, en el fondo, no es tal, sino una dictadura ideológica que obedece a la implantación del diabólico llamado Nuevo Orden Mundial auspiciado por la ONU.
Pretender una renovación moral destruyendo a la familia y sus valores, implementando la cultura de la muerte a través del aborto y la eutanasia, pervirtiendo a las nuevas generaciones de niños y jóvenes, es llevar al país a un abismo de descomposición peor que el que ahora estamos viviendo.
Señor Presidente es de sabios corregir, es tiempo de rectificar el camino tomado, que es ajeno a la sociedad mexicana a la que usted prometió consultar, y no lo hizo, para un tema que no le compete al Estado, sino que es derecho de los padres
de familia: la educación de sus hijos, haga una consulta y verá el repudio masivo a tan ridícula y patética iniciativa.